AUSENCIA

ENRIQUE HORNA

Una cama desierta

Una almohada nostálgica

Una silla ausente

Un suspiro de la agonía

Un dolor vestido de resignación

Un atuendo simulando

Un continuar de la existencia.

 

Unas horas sin ruido

Un silencio sin destino

Un sueño lacerante

Unas lágrimas dolorosas

Una suprema conciencia

Un cuerpo que ha partido

Una mortalidad que es vacío.

 

La noche ceso sus palabras

Encuentro repetido de la tristeza

En el amargo teñir del adiós

Son las sombras sin risas

Aúlla el perro preguntando al espacio

A donde se marchan las alegrías del alma

Invisible naufragio de la ingratitud del tiempo.

 

Oración inerte implorando serenidad

El amor sembrado destella su esperanza

Esculpida con cada caricia de la presencia

Gotas del afecto morando en otra dimensión

Melancolía de la ineludible realidad

Solo con la muerte valoramos la vida

Eterna cobija de haber vivido.

 

EH                                                      

 

 

 

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • Sierdi

    Creemos ser dueño de un cuerpo.
    Que acicalamos a diario.
    La única garantía, es tenerlo que devolver.
    Es una reflexión, que no nos gusta analizar.
    Pero de tener que partir. Lo tenemos que aceptar.
    Saludos cordiales.

    • ENRIQUE HORNA

      Muchas gracias Sierdi por tu valioso comentario.



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