LA CASA GRANDE

LA CASA GRANDE

Una casa bastante grande en el centro

de un frondoso jardín, con cipreses,

con pinos, algún castaño de indias,

dos o tres tilos y una piscina reseca,

ya cuarteada, y algunas hojas caídas

el último otoño contra el fondo

de cemento, con creciente oscuridad

de sombra de árbol. Y todo aquello parecía decir:

ya no somos de nadie, nadie nos manda

ahora, se acabó la tristeza

de la representación cotidiana y difusa,

las fiestas nocturnas atolondradas hasta la madrugada,

los autógrafos en la corteza de los troncos

y el alocado ir y venir, ir y venir,

ya vuelve a dominar, por el contrario, la pauta, la organización precisa,

el sentido último, el crecimiento continuo,

la compacta reforestación.

Gaspar Jover Polo