Alex

Y tiene tantas personalidades que a veces al levantarse no sabe cuál ponerse. Una es fuerte y viril casi no la ocupa yace al fondo del armario, otra es parlanchina y habla sin saber nada pero queriendo saberlo todo, otra es muy seria, se cruza de brazos y casi no habla. Cuando cae la noche se cambia a una más oscura que lleva por casualidad una pluma por dentro y cuando es más de noche aun se cambia para no mancharse y llorar a gusto, hay una que le gusta leer, otra que odia con su vida las mentiras, algunas son incrédulas y confianzudas y cuando las rompen no vuelven a creer. Una de ellas es peculiar casi siempre la lleva en el maletero una que ansia por enamorarse y que lo amen como el ama, en su forma empalagosa, dramática, romántica, preocupona, celosa, atenta, curiosa, poética esa misma que aún no ha encontrado... otra de ellas es débil como hoja de planta y basta un poco de nostalgia para que quiera dormir todo el día. A otra no le permiten estar cerca tiene pensamientos extraños y está tan harta de peleas que a veces se quita los oídos para dejar de oír, esta tan cansada, que mira con tanta peculiaridad aquella orilla. Hay una que no habla tanto, pero recuerda mucho a su abuelo, se dice que aparece poco y siempre que lo hace deja una pluma, papel y tequila sobre la mesa quien sabe, talvez algún día venga. También la favorita la de siempre, la de diario, la que esta hasta al frente y se la pone siempre que va a vivir, la terca, la necia, la sonriente, la chistosa, a la que le cuentan sus problemas y sonríe al final, ofrece un consejo bajando la voz e inspira confianza en quienes lo conocen, peculiarmente jamás le preguntan como está él, habla siempre rápido por algo que sabe y nunca cuenta, es una mezcla perfecta entre el que sabe hablar y callar, la que sonríe a todo el mundo ancianos, bebes, hombre y mujeres y cuando llega a casa desea apagar todo y morir.