Una a una se van apagando las estrellas
con la prisa del tiempo, la noche va pasando.
Aún estoy despierto, amparado en mi tristeza
y en el miedo que dentro de mí yo estoy ocultando.
La luna se fue y no me trajo cosas nuevas
ni hubo sueños en la noche para ser soñados.
Aquí viendo a mi sombra jugando entre tinieblas
con la memoria empujándome a ver de nuevo el pasado.
Estoy pasando el límite de mis propias fronteras
abrazando emociones que antes yo no había abrazado.
Van naciendo en mí las lágrimas más verdaderas
donde todo está oscuro y nada está verdaderamente claro.
Todo es imprevisto en este tiempo en que a nadie espera
donde mis secretos aún no han sido revelados.
No hay nadie a mi alrededor, nadie de mi cerca
ni hay sentimientos para que yo solo siga amando...
Mi destino entró en un camino de duras piedras
de silencios que nunca fueron tan callados.
Todo incide en mi alma y en mi débil presencia
en los dolores que entonces fueron devorados.
La noche pasó y me trajo solo una advertencia
de saberme frágil porque yo nunca he olvidado.
Esta noche, al pasar, marco en mí la diferencia
donde, al pasar la vida, me fue haciendo su esclavo...
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Autor:
Jorge L Amarillo (
Offline)
- Publicado: 12 de marzo de 2025 a las 11:53
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge L Amarillo, Alfonso J Paredes, EmilianoDR, alicia perez hernandez
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