No quiero vivir con el torso deshecho en jirones
Arrancándome puñados inermes de poesía
Cada que a dios se le antoja ponerme pulsiones
Que se arrebatan en versos y triste agonía
Esperando sentado en mi moderno escritorio
A que la falta de trabajo mi imaginación motive
Mientras todos me observan con quicio notorio
Yo me deshago en rezos de que mi vida culmine
Y lo escribo en una hoja suelta del portafolio
Y lo guardo para que en la basura termine
Pero se sale con la suya, pues escribiendo me encuentro
Contándote a ti, que no existes, los rompecabezas
De una pieza por fuera y de miles por dentro
Que se quiebra a cada instante, que ya da pereza.
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