Te hablo en este exilio de tinieblas,
donde la soledad muerde y desgarra,
donde el silencio es fúnebre mortaja
y el tiempo es un verdugo sin clemencia.
Mi lengua fue puñal de acero frío,
mis labios, dos abismos arrogantes,
mis manos, un desierto sin caricias,
mis ojos, dos espejos arrogantes.
Maldigo cada hora en que callaba,
cada instante en que el miedo me vencía,
cada palabra ardiendo en la garganta
que el necio orgullo ahogó con vil perfidia.
Hoy pagaría con mi sangre seca,
con cada hueso roto y consumido,
por desandar la senda del olvido
y habitar otra vez en tu alma inquieta.
Pero el ayer es fiera despiadada,
devora con colmillos inclementes,
y deja como estigma en la mirada
las ruinas de los necios penitentes.
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Autor:
El Corbán (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2025 a las 11:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: rosi12, JAGC, Alfonso J Paredes, EmilianoDR, ElidethAbreu, Charlie Aritz, Ricardo C., alicia perez hernandez
Comentarios1
Gracias El Corban.
Abrazos amigo.
Gracias a ti mi amiga.
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