LA SOMBRA DEL AYER
En la sombra de un ayer sin eco,
vaga el hijo olvidado del tiempo,
sus pasos descalzos, su alma en duelo,
cargando el peso del abandono eterno.
Como sombra en el crepúsculo callado,
cruza calles de ausencia, susurros apagados,
buscando en cada esquina un abrazo,
que cure las heridas del pasado.
Igual que ayer, en la penumbra silente,
se desliza el hijo, rostro doliente,
susurra al viento sus anhelos rotos,
esperando encontrar un rumbo cierto.
Entre susurros de noches frías,
se pierden las lágrimas que nadie veía,
un eco lejano de un amor perdido,
quebranta su alma, su ser abatido.
Pero en su pecho aún arde una llama,
un destello de esperanza que reclama,
un lugar en el mundo donde hallar consuelo,
donde florezca el amor, eterno y bello.
Así, en la oscuridad de su destino incierto,
el hijo abandonado avanza, despierto,
con la certeza de que algún día,
brillará la luz que en su alma dormía.
© Corazón Bardo
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Autor:
CORAZÓN BARDO (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 14 de marzo de 2025 a las 01:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, pasaba, LunaCr
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