El político y el mendigo. Parábola

Jhetsefany

 

Junto a parlamento había un mendigo,
sito en su rincón, limosna pedía,
si todos pasaban, los sonreía,
por su seducción, de todos amigo.

Se acerca político, ofrece abrigo,
vente conmigo y con esa alegría,
sírveme a mí y te daré mercancía,
tú repetirás, aquello que digo.

Con gran sonrisa el mendigo le dice:
yo mucho lo siento, no me interesa,
dar esa opinión, que un credo bendice,

una bendición, es corta promesa,
y aunque hacia todos, es un contradice,
obtengo de todos, siempre remesa.

 

 

Jhet

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Comentarios3

  • La Hechicera de las Letras

    Una verdad que nunca caduca. El político promete lo que no tiene, mientras el mendigo, con sus sobras de dignidad, prefiere el hambre a la traición.
    El mendigo encarna la sabiduría, a pesar de su escasez, valora más su independencia que la comodidad, tiene una libertad que el político no puede comprar, la de no deberle nada a nadie, aunque eso signifique seguir dependiendo de la caridad anónima en lugar de una lealtad impuesta.

    Es dignidad disfrazada de indiferencia, un “no” rotundo a entrar en la dinámica corrupta donde las palabras se convierten en moneda de cambio.

    Me encontré pensando en la escritura y la poesía honesta: tal vez menos reconocida, menos leída, pero más pura. Prefiere mantenerse alejada de la ‘lealtad impuesta’, esa que obliga a someterse a encajar en una sociedad que, a estas alturas, ya no sabe hacia donde va.

    La Bruja Irreverente.

    • Jhetsefany

      Antigua parábola que con algunos cambios, se ha llevado con mucho resumen a un formato de poema. Entretenido el ejercicio.

      Si, has sacado la idea o ideas representadas el el acto descrito. Has ido incluso más allá..
      La figura del político, viendo el comportamiento de la mayoría de ellos, sirve para situar en la escena a un supuesto malo que se mueve por intereses, a veces legítimos, a veces no tanto. (No sé si habrá alguno en algún sitio que sea honesto.. quién sabe..).
      Por contra, el otro, ya nace como bueno, y como tiene poco o nada que jugarse o perder, adquiere la ventaja que da la libertad y la no necesidad. Ya se dice que no es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita..
      Pero fíjate que él sabe que si se asocia con uno, el cual le dejará tirado pasado un tiempo de utilidad, le sitúa en oposición a los contrarios. Y conociendo las características de los políticos, que sean de un credo o del contrario, atienden a intereses personales y no del conjunto, les sonríe a todos para tener el beneficio de todos.

      El único problema que podrá tener el mendigo es que no todos los políticos admiten un no de un considerado inferior, y puede haber consecuencias. Los malos son así. Pero persiste la ventaja de aquel que poco necesita.

    • Santiago AlboHerna

      parte de los pueblos latinoamericanos somos mendigos de esta casta de políticos perversos

      • Jhetsefany

        Hola Santiago. Siempre es un gusto verte.
        Es curioso que en la evolución de este idioma heredado, perverso y político, son términos que en algún texto ya aparecen como sinónimos.
        Bueno, no me hagas caso.

        • Santiago AlboHerna

          el gusto es mío. En cual texto ?

          • Jhetsefany

            Hay una colección de poemas satíricos de época. Poemas y prosas. La editó d. Jesús Felipe. En la parte del finales de xix y principios del xx, recuerdo escritos, algunos anónimos, donde se sustituía el término político por el término perverso (y otros...), porque es de más fácil rima consonante. Si vuelvo a leer cosas de aquellos tiempos y lo pillo, te daré el dato mucho más concreto.

            • Santiago AlboHerna

              Uyyy pero q interesante, si, envíame si ves algo. Graciasssss

            • EmilianoDR

              Que hermosa y reflexiva parábola poeta Jhet.
              Es preferible mendigar que comprometer la dignidad.
              Saludos cordiales.

              • Jhetsefany

                Sr. Emiliano, muchas gracias. Una conclusión perfecta.



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