Quiero sentir algo.

Quiero contarte algo. Conocí a alguien. Estaba en un desfile de moda, una vieja amiga desfilaba para marcas importantes de ropa. Yo no estaba enterado de este evento, pero la noche anterior nos cruzamos en un bar y me ofreció si quería ir, por supuesto acepte con ganas. Era un sábado por  la tarde y no tenía nada que hacer. Estudio fotografía, y practicar no me venia mal. Ese día me levante a las 13:00 horas, destruido. Comí algo, me pegue un baño, me cambie algo formal  y salí. El lugar era hermoso, y el día acompañaba muy bien. Era al aire libre, y mientras el público disfrutaba de las típicas bebidas casuales y un par de mini tiendas que vendían  la ropa que más tarde lucirían las modelos, yo aguardaba impaciente debajo de una mesita con una sombrilla de paja, al estilo caribeño.  Después de una rato, y luego de encontrarme con mi amiga y cruzar unas palabras, el evento comenzó.  Saque muchas fotos, la mayoría de ellas valían la pena y eso me puso muy contento. Pero a mi izquierda se encontraba una muchacha, muy jovencita, mas de 15 años de edad no tendría. Estaba con dos niñitas, seguramente las hermanas o posiblemente las primitas. En el descanso de la primera pasada  volví a mi refugio, la sombrilla.  La chica se encontraba en diagonal a mí, a unos ocho metros. Jugaba con las niñas, las besaba, se reía, y me clavaba la mirada. Una mirada con fuerza sin dudas, poderosa, pero sin perder la inocencia de alguien de su edad.  Yo la miraba, acalorado, serio, cansado. Tomaba sorbos de mi bebida repleta de hielos. El sol estaba fuertísimo, y el día se tornaba largo pero entretenido. La segunda pasada fue rápida, con mucho mas publico que la anterior, y las fotos me conformaron mucho más ya que el sol se había ido y no dificultaba mi trabajo.  Espere a mi compañera que terminara de cambiarse, y regrese a casa. Regrese a casa pensando en esa chica. Pensando en esos labios poco comunes, coloreados únicamente por la naturaleza de su cuerpo. En sus ojos desafiantes, tristes y de un color azul grisáceo. Pensando en su sonrisa tierna, inocente y contagiosa.  Pensando si tal vez mañana la vuelva a ver para poder sentir esto otra vez.