En la jungla de luces que parpadean,
un mundo de marcas se tiñe de gris.
Cada anuncio es un canto que pasea,
prometiendo plenitud en un frágil matiz.
Caminamos con bolsas que pesan en el alma,
deseos disfrazados de plata y oro,
pero la sed, insaciable, nunca se calma.
En el eco del consumo, un trágico coro.
Los rostros se pierden entre pantallas,
personas en fila, detrás de un cristal,
Compramos la vida entre ofertas y batallas,
un alma en remate, todo es provisional.
Los sueños viven en un carrito de compra.
Cada clic es un grito, un vaivén horizontal.
Y olvidamos que el tiempo, aunque a veces se rompa.
Es el único lujo que vale al final.
Y mientras el plástico ahoga el océano,
las voces del mundo se apagan y huyen,
donde el plástico brilla, la esperanza es en vano,
en calles de sombras, solo ecos que fluyen.
Romper el espejismo, volver a mirar,
con ojos abiertos a lo que nos une;
Más allá de los escaparates, hay un mundo a amar,
donde la vida se mide en momentos, no en costumbre.
Es hora de soltar lo que en el alma pesa,
de nutrir el espíritu, más que el consumo,
reconstruir conexiones, hallar la belleza,
en la esencia del ser, en el amor que se asoma.
Gonci
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Autor:
Gonci (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de marzo de 2025 a las 08:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Francisco Javier G. Aguado 😉, Lualpri, alicia perez hernandez, EmilianoDR
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