No me pidas que la olvide,
porque el olvido es un dios al que nunca recé.
Ella sigue aquí,
no en cuerpo,
pero sí en las sombras de mis madrugadas,
en el humo de cada cigarro que nunca encendí,
en el perfume que juro que aún persiste en mis sábanas.
Una noche lluviosa vino a mi casa
y se quedó a dormir.
Aunque dormir fue lo último que hicimos,
aunque amarnos fue lo primero que evitamos.
Porque ella temía enamorarse,
y yo temía ser fiel.
Pero nos encontramos en un punto intermedio,
donde los labios sabían a despedida
y la piel tenía el tacto de lo efímero.
Ella dibujaba su risa en mis noches,
y yo con mi locura le borraba su tristeza.
Éramos una ecuación sin solución,
un incendio en una ciudad de agua.
Después se fue,
Como se van los relámpagos después de iluminar el cielo,
como se van los trenes sin avisar.
No fue otra boca,
no fue otra vida.
Fue la muerte que decidió que ella no debía quedarse.
Y hoy, que los años pesan y la memoria duele,
aún la traigo de regreso en las noches,
le hago el amor a su recuerdo,
como quien besa un fantasma
sabiendo que desaparecerá al amanecer.
Hoy decidí ir a verla,
y no hablo del cementerio.
Hablo de los rincones donde su risa aún resuena,
de la ciudad que la nombra sin querer,
de los lugares que aún tienen su sombra adherida a las paredes.
Pero esta vez no intenté alcanzarla.
No intenté buscar su reflejo en otras miradas.
No intenté sostener lo que el viento ya había reclamado.
Porque entendí que no debía buscarla,
solo soltarla.
Porque entendí que no podía seguir muriendo con ella,
cuando mi historia aún está por escribirse.
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Autor:
Enamorado del amor que vivimos. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 18 de marzo de 2025 a las 02:02
- Categoría: Amor
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: JAGC, Vogelfrei, alicia perez hernandez, ElidethAbreu, destellopaco
Comentarios2
Después se fue,
Como se van los relámpagos después de iluminar el cielo,
como se van los trenes sin avisar.
No fue otra boca,
no fue otra vida.
Fue la muerte que decidió que ella no debía quedarse.
.....
En vez de estar tristes tus versos están alegres, románticos, dulces, tiernos y sensuales a recordando ese bello amor que marco tu vida TANTO como para que sigas siendo feliz con su RECUERDO. Bellísimos versos que me han sacado una lagrimita y me doy cuenta que el AMOR nunca deja de ser AMOR
Las palabras tienen ese poder de explicar el amor después de la muerte, aunque esta vez de una forma diferente... Gracias por leer algo de mi.
Sin duda lo más tierno y emotivo que he leido en mucho tiempo, espero que cada dia se anime a seguir esccribiendo su historia sintiendo el apoyo de su amada
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