¿Qué pasa con mis palabras?
Es como si el peso de ellas fuera extremo, se atoran por mi garganta y la estrechan, entrando a un embudo del que ya no pueden salir.
Mis labios se atoran al contacto y se traban causando disfemia… Mejor no digo nada.
Con la garganta anudada y los ojos vidriosos solo puedo contemplar el pasar de algo similar a mi vida, pero no siendo más que un espectador del mundo, inmóvil, dudando incluso el poseer algún tipo de voluntad para influir en el.
Las palabras impronunciables: ¿qué sucede? ¿por qué pasa esto a donde sea que voy? ¿acaso soy un ser inmaterial? ¿he muerto y aún no lo sé?
La ansiedad me destruye, solo pocas personas me ven y éstas son casi tan inmateriales como yo.
¿Acaso he muerto? ¿Por qué aun puedo pensar? Preferiría no ser espectadora y simplemente seguir con el sopor de la muerte, descansar, no tener que ver los mil martirios de la vida.
¿Hay más personas como yo? ¿Dónde están?
Las palabras se desvanecen en silencio dentro de mi y cierro los ojos. Al menos ahí hacen eco, alguien las escucha, aunque sea el propio emisor.
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Autor:
AlbaBrillante (
Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2025 a las 19:18
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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