Es sabido que toda pregunta precede a una respuesta
Y esa respuesta es la razón de ser de la pregunta
el hombre es un gran signo de interrogación
que pretende ser él mismo su propia respuesta
pero desea, en el fondo, seguir siendo pregunta
Ser pregunta supone respuesta
mas pregunta con respuesta
supone el fin de ser el hombre
la palabra lo envuelve, la palabra lo nombra
y él cree nombrar la palabra
emisario del silencio, afásico en su enigma
me sé hombre, en la medida que callo
Lo que los ojos ven no puede ser verdad
los ojos de la mente son espejismos
los ojos del corazón son neblinas
los ojos de los ojos son doblemente espejismos
mas los ojos del rostro no pueden ver la noche que precede a toda vista
La vida es un deseo de la muerte
Buscamos, buscamos, siempre buscamos sin encontrar
Y sin parar ni saber qué es lo que buscamos
Siempre se busca pasar del uno al dos
Siempre una sensación de ser incompleto
Ese deseo es impulso de ser más, ¿más qué?
¿Superar la hidalguía del espíritu? ¿Aguardar el continente perdido?
Pero el uno ha sido siempre uno
y el sujeto es la abierta división
y la movediza hueste interminable
en medio de eternidades de oscuridad
Quien quiera hallarse mil veces en el tiempo
que coseche los frutos de su propia obsesión
recursiva, paulatina, cual uróboro instalado
en medio del descontento de las ruinas
¿Y cuál es ese sentir recóndito?
¿Ese sentir sin espacio en el exterior?
¿Ese sentirse extraño en su propia tierra?
es el pathos del animal humano que impele a tocar fondo
Que sale de la placenta y va, irremediable, en busca de otra
Más grande, más satisfactoria
Aquella que sacia su sed de infinito
lo infinito que cultiva, el humano, en su jardín
A la espera de la redención, a la espera del Gran Final
y espera, y aguarda, con una mezcla de misterio y recelo
situado en el rebaño, donde cuenta las ovejas abstractas
son esas ovejas, en realidad, los lobos que le arrancarán
la carne del sentido, el trémulo significado
los caprichos del que es pastor de sus propios monstruos
Y ellos serán su arquitectura funesta y fértil
Cuando florezca un pensamiento nuevo
Sin otro propósito que su germinación
la perenne paz del alma es serena
la mente, con su imperio de medios y fines
busca la paz para ella, pero ya la tiene
siempre la tuvo ahí, invicta frente a su rueda
es la máquina de deseos, el molinero de los instintos
que no conoce otra cosa que la acción
y la mente con su facultad de rapiña
que busca la acción por sobre todas las cosas
¿Y cuál es ese sentir recóndito?
¿Ese sentir que nunca nada acaba?
¿Ese sentirse vacío en medio de todo?
es la negrura del hombre atomizado
su fatal incomprensión y su canto sin arraigo
Creyéndose uno en medio de la masa
Creyendo que piensa y que siembra
Pensando que hay otra matriz, otro mundo
Esperándole más allá de los barrotes
Creyendo que ha nacido y que va a morir.
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Autor:
Salvador Galindo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2025 a las 22:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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