Aforismo del hombre atomizado

Salvador Galindo

Es sabido que toda pregunta precede a una respuesta

Y esa respuesta es la razón de ser de la pregunta

el hombre es un gran signo de interrogación

que pretende ser él mismo su propia respuesta

pero desea, en el fondo, seguir siendo pregunta

Ser pregunta supone respuesta

mas pregunta con respuesta

supone el fin de ser el hombre

la palabra lo envuelve, la palabra lo nombra

y él cree nombrar la palabra

emisario del silencio, afásico en su enigma

me sé hombre, en la medida que callo

Lo que los ojos ven no puede ser verdad

los ojos de la mente son espejismos

los ojos del corazón son neblinas

los ojos de los ojos son doblemente espejismos

mas los ojos del rostro no pueden ver la noche que precede a toda vista

La vida es un deseo de la muerte

Buscamos, buscamos, siempre buscamos sin encontrar

Y sin parar ni saber qué es lo que buscamos

Siempre se busca pasar del uno al dos

Siempre una sensación de ser incompleto

Ese deseo es impulso de ser más, ¿más qué?

¿Superar la hidalguía del espíritu? ¿Aguardar el continente perdido?

Pero el uno ha sido siempre uno

y el sujeto es la abierta división

y la movediza hueste interminable

en medio de eternidades de oscuridad

Quien quiera hallarse mil veces en el tiempo

que coseche los frutos de su propia obsesión

recursiva, paulatina, cual uróboro instalado

en medio del descontento de las ruinas

¿Y cuál es ese sentir recóndito?

¿Ese sentir sin espacio en el exterior?

¿Ese sentirse extraño en su propia tierra?

es el pathos del animal humano que impele a tocar fondo

Que sale de la placenta y va, irremediable, en busca de otra

Más grande, más satisfactoria

Aquella que sacia su sed de infinito

lo infinito que cultiva, el humano, en su jardín

A la espera de la redención, a la espera del Gran Final

y espera, y aguarda, con una mezcla de misterio y recelo

situado en el rebaño, donde cuenta las ovejas abstractas

son esas ovejas, en realidad, los lobos que le arrancarán

la carne del sentido, el trémulo significado

los caprichos del que es pastor de sus propios monstruos

Y ellos serán su arquitectura funesta y fértil

Cuando florezca un pensamiento nuevo

Sin otro propósito que su germinación

la perenne paz del alma es serena

la mente, con su imperio de medios y fines

busca la paz para ella, pero ya la tiene

siempre la tuvo ahí, invicta frente a su rueda

es la máquina de deseos, el molinero de los instintos

que no conoce otra cosa que la acción

y la mente con su facultad de rapiña

que busca la acción por sobre todas las cosas

¿Y cuál es ese sentir recóndito?

¿Ese sentir que nunca nada acaba?

¿Ese sentirse vacío en medio de todo?

es la negrura del hombre atomizado

su fatal incomprensión y su canto sin arraigo

Creyéndose uno en medio de la masa

Creyendo que piensa y que siembra

Pensando que hay otra matriz, otro mundo

Esperándole más allá de los barrotes

Creyendo que ha nacido y que va a morir.

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  • Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de marzo de 2025 a las 22:48
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 2
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