Y después de un día de sol radiante
cansada, ya estaba la linda tarde
preparaba almohadas tan mullidas
tan albas, tan suaves, eran las nubes.
Pronto sacó cobija del armario
era negra tachonada de estrellas,
más pensó encender su lampara luna
O, descansar, toda la noche oscura.
Soñó que la noche sería día
ella vestiría elegante verde
rayitos de sol en la cabellera
que la pretendiera galante viento.
Así, se durmió la cansada tarde
esperando vivir un nuevo día.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
19/03/2025
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Autor:
Salvador Santoyo Sánchez (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 20 de marzo de 2025 a las 00:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Correa
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