Mi calma

En mi alma cansada, Dunia, tu luz brilló,
un regalo sereno, mi herida sanó.
Tu voz, suave melodía, mi pena alejó,
tus ojos, mi guía, mi destino encontró.
Me diste esperanza, amor y alegría,
transformaste mi noche en claro día.
En cada sonrisa, palabra sincera,
mi alma se ampara, mi paz se espera.
Eres el amor que, en sueños, pedí,
Dunia, mi musa, mi fiel adalid.
Juntos, almas afines, unidas en sentir,
un bello futuro vamos a construir.
Tomados de la mano, sin temor a caer,
nuestro amor nos sostiene, nos hace crecer.
Eres el consuelo que mi ser precisa,
la armonía que mi alma desliza.
Dunia, mi amor, mi verdad sincera,
en tu presencia, mi dicha se espera.
En cada amanecer, tu nombre invoco,
en cada susurro, tu amor provoco.
Eres la melodía que mi alma canta,
la flor que en mi jardín se levanta.
Tus palabras, bálsamo para mi ser,
calman mis miedos, me hacen renacer.
Eres el faro que guía mi destino,
el ángel que me libra del desatino.
Juntos, pintaremos sueños sin empeños,
donde el amor florezca, sin pequeños diseños.
Eres la musa que inspira mi pluma,
la estrella que ilumina mi bruma.
Dunia, mi amor eterno y real,
en tu abrazo encuentro mi ideal.
Eres la razón de mi bienestar,
el amor que me invita a amar.
Dunia, mi vida contigo floreció,
un regalo hermoso que el cielo envió.
Antes de ti, todo era gris y vacío,
ahora, a tu lado, me siento bendecido.
Agradezco tu amor y bondad,
cada instante de tu amistad.
Me has mostrado la belleza de la vida,
y me has dado fuerzas para seguir la subida.
Gracias por ser mi luz, mi guía, mi paz,
por llenar mi alma de amor capaz.
Eres un regalo del cielo, una bendición,
y te amaré por siempre, con devoción