Misteriosamente me quedé en blanco,
Todo se tornó vacío,
Sin color, tan frío.
Mi piel está palidecida
Y mi carne carcomida
Me envolvió un silencio absoluto
Misteriosamente mi alma resplandeció
Y viajamos juntas alrededor del mundo.
Descubrí un millar de espectaculares escenarios
Donde era feliz,
Y no moría a manos de mercenarios.
Quise llorar entonces,
Pero mis ojos se han vuelto ríos secos.
Traté de escabullirme e ir muy lejos,
Pero mis extremidades ya no responden a mis incesantes súplicas.
Los bellos colores de la vida,
Reducidos a escombros y malicia,
El rojo vivo de la sangre ha teñido mi rostro,
Como enseñándome una clase terrorífica.
Me he vuelto cenizas y llantos,
Soy una sombra que enmudecida busca encontrar una vida.
Un susurro mudo,
ensordecedor y oscuro,
Un secreto a voces,
en la garganta un nudo.
Laura Cordero (Ptng)
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Autor:
Laura Cordero (
Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2025 a las 17:23
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, ElidethAbreu, Santiago AlboHerna, Dr. Salvador Santoyo Sánchez, alicia perez hernandez, Enrique Fl. Chaidez, Poesía Herética, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa, Classman
Comentarios2
Gracias Laura, me ha encantado leer tus letras.
Abrazos y gracias
siempre caemos en manos de mercenarios, es muy difícil evitarlo, y más detectarlos
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