ANSIEDAD

Kenia Arancibia

Sentada con mi soledad en el primer asiento de este bus con rumbo a la incertidumbre, contemplo la luna a través de mi ventana.  
Es una luna majestuosa y brillante, pero la miro con agonía; como si dejar de mirarla fuera mi condena.  
Una condena a la realidad de lo que me espera y del lugar en el que me encuentro, junto a más almas con un mismo recorrido pero con diferentes destinos.  
¿ Qué destino será mejor? Eso no lo sé.  
¿Le temo a esta senda? ¿O a mi destino?  
Querida luna, no te vayas y quédate conmigo; acompáñame en esta ruta y permíteme soñar con un mejor destino.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.