Aristóteles susurra con desgana:
“No digas, no hagas, no seas nadie,
así evitarás la daga cobarde
de bocas que disparan sin mañana.”
Qué cómodo el consejo del prudente,
caminar por la vida con sigilo,
sin alzar la voz ni arriesgar el brillo
por miedo al juicio cruel de la gente.
Calla, obedece, encoge la estatura,
vuélvete sombra, espectro sin pecado,
un fantasma pulcro, bien adaptado,
que no incomoda ni deja fisura.
Pero dime, maestro del equilibrio,
¿qué virtud hay en ser puro vacío?
¿De qué sirve esquivar el desafío
si el precio es vivir como un exilio?
Prefiero el grito, la acción, el exceso,
la lengua afilada, el paso torcido,
ser criticado, odiado, maldecido,
antes que extinguirme sin un proceso.
Que hablen, que ladren, que el lodo revienten,
¿qué importa el ruido de almas pequeñas?
Sólo tropieza aquel que deja huellas,
y el que no es nadie… tampoco es gente.
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Autor:
Shelby (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 23 de marzo de 2025 a las 00:45
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema nace como una respuesta sencilla pero contundente al viejo consejo aristotélico de evitar críticas desapareciendo. Me niego a creer que el silencio y la inacción sean refugios válidos. Prefiero asumir el riesgo de ser señalado antes que pasar inadvertido. En un mundo donde el juicio ajeno es inevitable, creo firmemente que vale más dejar huella —aunque sea criticada— que ser parte del vacío.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago AlboHerna, Dr. Salvador Santoyo Sánchez, caballo negro, Francisco Javier G. Aguado 😉, Martellus, alicia perez hernandez, pasaba, Alexandra l, Poesía Herética
Comentarios2
coincido
Gracias mi estimado Santiago, por siempre dejar una huella en mis humildes escritos, recibe un fraternal abrazo amigo.
tu enorme cordialidad y sabiduría me atraen siempre a tus poemas, abrazo grande
Excelente, tanto la obra como la forma en que la expresa. En filosofía muchas perspectivas son válidas, y en mi opinión esa actitud de "cobardía" en los enunciados aristotélicos son una fuerte crítica hacia su mensaje, pero quizá también dijo un pensamiento mediador, si no quieres ruido haz silencio; a veces sirve..
¡Y se agradece que compartas esta bonita reflexión!
Agradezco profundamente tus palabras, poeta. Coincido contigo: en filosofía no hay absolutismos, solo un vasto campo de perspectivas, y cada mirada revela matices distintos.
Lo interesante de los enunciados aristotélicos, como bien señalas, es esa tensión entre el ideal del "justo medio" y la crítica implícita que puede hacerse a la tibieza, a la comodidad del silencio cuando el ruido incomoda. Tal vez Aristóteles buscaba un equilibrio, pero también es cierto que, a veces, el silencio se vuelve cómplice, y el ruido necesario.
Prefiero cargar con el estruendo y la sombra, que callar por encajar.
¡Gracias a ti por sumar tu mirada!
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