LA MIRA

Hernán Mejía Silva

Las mismas letras,

volteadas de cabeza,

el caballo, el perro,

la mira calibrada y el francotirador,

se reorganizan,

transgrediendo las reglas,

el observador se embelesa,

su propio cuerpo lo desterró,

en grito aterrador,

los soñadores se alebrestan,

y con el cambio de roles,

en sus descontroles,

bestia por humano,

humano por bestia,

bestiahumana….

simplemente se despiertan… habiéndose disipado el humo de la escopeta.

 

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