Amar en el secreto

Estoy en un punto muerto

en mi andar de peregrino

por las sendas y caminos

del amar en el secreto.

¿Porqué por amar callando

voy por el mundo discreto

en espera del momento

de sentirme confesado.

Qué imposible es acallar

esa voz que en mi silencio

siempre me va repitiendo

¡habla y no te hieras más!

Llevo sangre derramada

por un corazón herido

y no decirle al oído

mi sentir de alma entregada.

Entre tantos pensamientos

me castiga el que más hiere

que por imposible tiene

florecer en el desierto.

Con soledad adornada

mi espera tiene su hogar,

más busco donde su estampa

ya no pueda herirme más.

No la tengo por perdida,

la llevo sin ser su dueño

y con mi anhelo secreto

cada noche la amaría.

Me arrastro como un rendido,

me doblego a mi desgracia

porque no tengo la gracia

de querer y ser querido.

Por ello voy caminando

vencido en mi soledad

buscando donde su encanto

no me pueda herir jamás.

En su mirada de nieve

no se presiente el calor.

¡Cuán lejos está el amor!

cuando me mira indolente.

Se desgarran las entrañas

por el puro desconsuelo

puesto que llevo un te quiero

asomado en la mirada.

De su amor soy polizonte,

no su ufano capitán,

y por ello busco dónde

no me pueda herir jamás.

Si ella supiera que la amo

¿acaso me pueda amar?

pero ella busca beldad

y yo de eso voy escaso.

Llevo noble ser soldado

Sin ambición de matar

pero éste mi terco afán

me tienta como el pecado.

Cuando la veo mi pobre

herida vuelve a sangrar

por eso escapo hasta donde

no me pueda herir jamás.

No hay lugar sobre la tierra,

en los cielos o en el mar,

que me puedan alejar

de este amor y su condena.

Podré ser gota de lluvia,

podré ahogarme en los abismos,

separarme del olvido

que, por atarme, tortura.

Pero sé que me ha vencido

la firmeza del que quiere

y claudico a los designios

del amor aun cuando hiere.