Cuenco de arena

Carolina Ugas Pazos

Por segunda vez

cumplo veintisiete años,

espero disfrutarlo, tanto ó más,

que la primera.

 

He perdido ciertos poderes,

he adquirido otros.

 

Ya no sueño precogniciones

con tanta frecuencia como antes

tal vez porque también ahora

duermo muy poco.

 

Sin embargo

ahora sueño sin necesidad

de estar dormida.

 

Siento cuerpos extraños

que me desatan el alma

en combadas formas

de mi espíritu en vilo.

 

He comprado sal marina

para lavarme los chakras

pliego por pliego

de mi vía láctea.

 

También debo limpiar mi aura

mis platos sucios

mi ropa usada

mi cabello añejo

que canea sobre fondo castaño.

 

Con las uñas pintadas de azul escarchado

me siento la diosa Nut en cortito.

 

Por muy mala que está

la programación televisiva

(el cable es caro

y tengo otras prioridades)

hay ópera de la buena

en el Canal 5,

el canal cultural de los curitas,

y como amo 

esas voces quiméricas

redondas, profundas, profanas

me encuentro que,

a pesar de la gripe,

no la estoy pasando tan mal

éste último domingo del año.

 

Me resfrié el mismo veinticuatro

presumo que de tanta

pirotecnia anticipada

o tal vez el sistema inmune

me jugó una mala pasada.

 

Vuelvo a mi alma indomesticada

que se niega a ser de cristal

y se revela no de cuarzo

ni lapislázuli,

sino de puro diamante en bruto,

sin pulir,

sin facetar,

sin engarzarse en joya alguna

de rico propietario chestertoniano.

 

Hay algo que me resignifica

más hoy que en cualquier otra hora

y es el duelo de mi lado 

gazatí, sirio, sudanés o yemenita.

 

No importa el adjetivo

si es el propio sustantivo

el que sufre de verbo presente.

 

Triste una humanidad que

disfruta, gasta, consume y compra

mientras se acaba impunemente

con niños, mujeres y ancianos

(futuro, vida y memoria)

de un mismo pueblo

e idéntica jerarquía:

la casta humana.

 

El bardo criollo Alí Primera

cantaba que había de ser humana

la humanidad,

tarea titánica si la gente

le da la espalda a su propia familia

porque es más divertido

responder al mensajito

del whatsapp en el celular.

 

OLLIN

29/12/2024

 

 

 

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios4

  • ElidethAbreu

    Carolina, la tendencia a que lo lejos se acerca y lo de cerca se aleja por el uso de dispositivos es una triste realidad, hasta comiendo en la mesa se mandan texto o se ven videos.
    Abrazos y gracias.

  • Tommy Duque

    (Por segunda vez cumplo veintisiete años,) me sacó una grata sonrisa, no que las sonrisas no sean gratas... yo he cumplido 10 años siete veces... 😁

  • Bolívar Delgado Arce

    Estimada Poeta Carolina Ugas. Un poema magnífico, bien trabajado, artístico diría yo. Pero te confieso que la última estrofa como que descuadra, como que no pertenece a este poema, al menos se sale de la profundidad del todo inicial, y en lugar de rematar soberbiamente, como que se desnaturaliza.
    Pero te aplaudo y te envío un gran abrazo y felicitación. Gran Poema.

  • 🔥Ls. Angel

    El primer verso invitó a seguir leyendo para averiguar cuando fue el primero.
    Entretuvo tus experiencias en el interludio ..
    Y al final, como golpe sin avisar ... La inconformidad de quien paga mensualidades para evitar conversaciones con la familia, e invitarlas con extraños
    👍👍



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