La esperanza,
un pájaro de alas rotas,
cayó en el abismo de mi alma.
El sufrimiento,
un manto de sombras,
me envuelve en su frío abrazo.
Despertar,
cada mañana,
un eco de dolor,
una herida abierta.
Los amigos,
fantasmas en la niebla,
ausentes,
cuando más los necesitaba.
El fracaso,
una cicatriz en el alma,
un recordatorio constante,
de mis caídas.
La nostalgia,
un río de recuerdos amargos,
inundando mi presente.
El mundo,
un laberinto de ataduras,
donde la pesadilla diaria,
se convierte en mi realidad.
Pero,
en el fondo de mi ser,
una chispa resiste,
la esperanza,
un susurro tenue,
que se niega a morir.
Herida,
maltrecha,
pero aún viva,
me aferro a su luz.
Porque sé,
que en la oscuridad,
ella me encontrará,
y juntos,
renaceremos de las cenizas.
Seguiré adelante,
con el alma en batalla,
sabiendo que su luz,
jamás se extinguirá.
Porque la esperanza,
no se rinde,
no se olvida,
sino que renace,
en cada latido,
en cada aliento.
© 2025 OneyCFCuba
-
Autor:
Oney Cabrera Felizola (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 24 de marzo de 2025 a las 21:17
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR
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