Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Tácitamente diseminada la luz
lanza sonidos de tiempo frío
y siento como rayos recorriéndome
y encendiendo fuegos diferentes
para sacarme del tedioso letargo
qué me invade a veces
porque me canso de lo de siempre,
y un silencio meditativo resplandece
en el aire y bajo el tiempo frío
que se revuelve despacio en la negrura
encajando los eslabones del amor,
cadena de unión entre las sombras
caidas a los ojos como meros reflejos
de cosas que se presentan
ante un observador atento
simulando ser personas y no bocetos
que brotan de un tiesto lodoso
que habrá sembrado a mano el genio,
gozosa alma atormentada que todos tenemos
dentro, tras esta máscara universal,
en un profundo recoveco donde la espiral proyectada
cada noche aspira a una vida distinta y a la misma
soñada vigilia
-
Autor:
Romey (
Offline)
- Publicado: 25 de marzo de 2025 a las 05:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.