Quiero que arranques tu raíz más honda,
Y te despojes de los secretos que te ciegan y consumen,
que los hagas trizas con la fuerza incontenible de la fe.
Esa voz resonó en mi espíritu estremecida por el viento,
me levantó sobre las cenizas y los despojos,
avanzó sobre el rumor de mi sangre,
que caminaba hacia la muerte,
hasta llevarme a la luz que disipó todas las sombras.
Mientras el corazón lata,
y las manos se mantengan firmes,
y la mirada sea capaz de dirigirse al horizonte,
mientras la piel se conmueva y vibre,
trocaré el pasado en presente y futuro,
sepultaré los miedos,
profesaré una visión oceánica de la vida,
para ser raíz de nuevo
en tierra vigorosa,
sobre el viento impredecible,
como homenaje a la existencia.
Abrigare en mi pecho el calor del hogar,
mis labios pronunciaran tu nombre,
la carne será sepultada para que germine el espíritu,
se quitarán las vendas para iluminar las sombras,
y brotará el alba,
aniquilando las figuras miserables de la noche,
las horrendas metáforas del abandono,
que impedían a mi alma,
habitar a tu lado.
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Autor:
Jose Barrientos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 25 de marzo de 2025 a las 12:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, JAGC
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