Dunia, en sueños raros, donde todo es posible,
llegaste tú, de otro mundo, ser casi sensible.
Mi alma, cual diario viejo, guarda cada señal,
y al recordarte, el universo es caudal.
Tus ojos, faros de verdad, sin sombra de mentira,
me abrieron sendas del ser, donde el alma suspira.
Con gracia natural, tu ternura patente,
me conquistaste sin más, mi corazón consiente.
Desde aquel sueño, te extraño, mi anhelo se acrecienta,
somos dos mitades de un todo, cual leyenda.
Tus labios ansío besar, aunque el miedo me asalte,
y en tu ser perderme, en unión que no falte.
¡Ay, Dunia, amor enigmático, qué misterio encierra!
Tu recuerdo, cual tatuaje, en mi alma se aferra.
Y cada latido, un verso, a ti dedicado,
mi musa y faro, mi inspiración, mi hado.
En cada estrella que veo, tu imagen me acecha,
y el mar, con su murmullo, tu voz me estrecha.
Eres mi luz, mi melodía, mi todo en verdad,
a tu lado, la eternidad, mi única deidad.
Contigo, el tiempo se detiene, en éxtasis profundo,
y cada abrazo, un edén, donde el cielo inundo.
Eres mi tesoro, mi verdad, mi dulce anhelo,
tus besos, viaje al infinito, eterno desvelo.
En la quietud de la noche, tu recuerdo constela,
mi amor por ti, ley segura, que jamás se vela.
Eres mi reina, mi amor eterno, mi dulce hogar,
a tu lado, el paraíso, donde quiero estar.
La vida contigo, un edén, cual fuerza gravitatoria,
cada mirada tuya, un axioma, una historia.
Eres mi principio y fin, unión que nos consagra,
en este amor, obra del destino, que no se fragua.
Mi corazón, cual péndulo, a ti siempre regresa,
y en cada verso, un pedazo de mí te expresa.
Eres mi musa, sueño hecho realidad,
cada suspiro, a ti, mi eternidad.
Contigo, el mundo se desvanece, cual vana ilusión,
cada beso, un éxtasis, sublime comunión.
Sin ti, el tiempo es vacío, sin sentido, sin razón,
eres mi paz, mi calma, mi eterna bendición.
En este amor, almas unidas, sin separación,
cada verso, celebración, eterna adoración.
Eres mi guía, mi refugio, mi eterno edén,
y te amaré por siempre, Dunia, amén, amén.
Tu piel, suave lienzo, donde el alma se dibuja,
tus curvas, melodías, que mi ser embruja.
En cada roce, un poema, que el silencio narra,
y en cada beso, un universo, que mi alma amarra.
Tu voz, susurro eterno, que mi oído ansía,
tus ojos, dos luceros, mi dulce compañía.
En tu regazo, el tiempo se vuelve fantasía,
y en cada abrazo, el paraíso, que mi ser ansía.
En la danza de tus besos, mi ser se pierde y encuentra,
en tu mirada, un poema, que mi alma inventa.
Eres mi norte, mi sur, mi este y mi oeste,
contigo, cada instante, es un festín celeste.
-
Autor:
Edgardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2025 a las 00:13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: EDGARDO, alicia perez hernandez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.