En esta vida
tanto importa el dinero,
tanto la fama.
¿Pero qué nos dejan?
Cenizas.
La tierra engulle sin prisa,
y en cada instante
crece el valor de lo eterno:
lo que siempre estuvo,
lo que ha visto mil ojos,
mil vidas.
Lo que no tiene precio
y si alguien lo compra,
muere y queda libre.
Vil engaño el poseer,
porque al final
todo, todo se pierde.
Y la eternidad
es la única dueña
que nunca cede.
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Autor:
MCR20 (
Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2025 a las 01:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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