Miro fijamente mi habitación
siento un agujero en mi pecho
con un sabor agrio a frustración en mi boca
con un nudo reprimido en mi garganta
mismo nudo que desataría para colgarme
Quisiera descansar, dejar de pensar
que mi inútil cuerpo se vuelva combustible
que mi yo se difumine entre recuerdos
que la muerte sea…
sea la caricia más tierna y suave que me propinó la vida
Siento el corte en mi piel
como la separación de una membrana
siento el olor a hierro de mi sangre
un gusto metálico para mis papilas gustativas
A empeorado mi consumo de alcohol
a empeorado mi insomnio y mi malestar
Mi desayuno está compuesto de drogas
y mi horario de almuerzo está en peligro de extinción
Soy una facha de alegría y tranquilidad
estoy a un mes de quedar en la calle
sigo dañando a la mujer que amo
y ella está un paso de olvidar que existo
Tengo miedo al futuro y le temo a la sociedad
soy un cobarde por no querer funcionar
detesto a la policía y la política del país
estoy en una jaula llamada código civil
Que la muerte me haga suyo
que me susurre la verdad que calla el silencio
que me brinde la calidez de la despedida
que aniquile el dolor y el mal que padecí en mi vida
soy una criatura anómala entre tantos simios
todos como cardumen propensos a la reproducción
yo sin sentido del bien y del mal
queriendo despertar de esta triste realidad
El tostador aloja en mi bañera
con intenciones de concretar sus deseos
veo el pasado en mis fotografías
y ya no reconozco quien fue y quién es este tipo
Camino con una idea flotante
y un pensamiento intrusivo
espero lentamente ese impulso
acumulándose, en crecimiento
esperando la oportunidad
expandiéndose como sombra en eclipse
si alguna vez me conociste
Estuviste equivocado toda mi vida
pues solo soy un espejismo
de lo que intente reflejar en una sonrisa.
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Autor:
matias (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2025 a las 15:51
- Categoría: Triste
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, ElidethAbreu
Comentarios2
Matias, fuera esos pensamientos, y vivan tus letras.
Saludos cordiales.
En medio de esa tristeza hay un pequeño destello de luz muy en lo profundo al que hay que aferrarse y poco a poquito empezar a dejar salir la luz que hay dentro, muy adentro; luz que todo ser humano lleva pero tiene que descubrirla; y no es nada fácil pero se puede.
Un gusto pasar a leer.
Saludos cordiales de
Peregrina
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