Ella traza deberías cual pavesas en el aire
con su voz de psicóloga perfecta.
Él, contador de grietas en el mar de los desaires,
suma lunas rotas en su agenda.
Ella diseña puentes con tirantes de manual
para cruzar su afecto con decoro.
Él le escribe poemas al azar
entre impuestos y cifras del otoño.
El niño pinta un sol con dos colores:
mitad lápiz rojizo, mitad llanto.
Ella corrige el trazo sin errores,
él guarda el dibujo como encanto.
En la cena, los cubiertos gritan
verdades que llegan a deshora.
Ella ordena las dudas en fila india,
él mastica silencios que no ignora.
La caprichosa noche los une en un compás
de sábanas que arden sin motivo:
son dos versos que no saben rimar
en el libro cerrado del hastío.
Cada alba les miente con destellos,
él afeita su sombra sin reflejos.
Ella abre la ventana a nuevos sellos
y el niño inventa un juego sin espejos.
Historias. @Marcos Reyes. Cusco 28.03.25
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Autor:
Marcos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2025 a las 23:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Escobar, EmilianoDR, alicia perez hernandez
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