Tu eres, mujer, bonita y altanera,
sonrisa reventona en primavera,
el aire que mi pecho requiriera
del tuyo, si durmieses a mi lado.
Se que serías lavanda en mi bañera,
perfume de fragancia verdadera,
murmullos que rompieran mi sordera
hablando despacito a mi costado.
Yo soy, mujer, color que desentona,
un diapasón carente de sonido,
un despertar sin luz y sin camino.
Tu eres, mujer, felicidad hermosa,
yo soy el tallo seco de la rosa
que teje con espinas mi corona.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO
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Autor:
jagc (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 29 de marzo de 2025 a las 03:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 74
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Classman, Lualpri, Llaneza, WandaAngel, Alfonso J Paredes, Charlie Aritz, Tommy Duque, Mujer perseverante, María C., Josué Gutiérrez Jaldin, Ricardo C., EmilianoDR, Pilar Luna, ElidethAbreu, JUSTO ALDÚ, pasaba, Enrique Fl. Chaidez, Jaime Correa, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, alicia perez hernandez, Javier Julián Enríquez, Dr. Salvador Santoyo Sánchez, racsonando
Comentarios5
Genial tu gran versar estimado poeta y amigo José Antonio
Saludos desde España
El Hombre de la Rosa
Gracias, Críspulo. Feliz domingo.
Buena inspiración nos dejas.
Un abrazo
Encantado de recibirte en mi portal, Maria C. Gracias por el comentario. Feliz domingo. Saludos del alma.
Lo mismo te deseo querido compañero.
Precioso poema, aunque te noto triste y con la autoestima baja: ¿seguro que eres el tallo seco de la rosa? No me lo creo.
El poema trata de describir un ya distante momento de mi vida y el sentimiento posterior; un momento en el que tomé una decisión vanidosa y pueril que ha influido en mi devenir posterior. Ahora, con la edad, he madurado aunque admito mis tendencias a la tristeza y a la melancolía.
No sé si hoy soy el tallo seco de la rosa, si sé que, en el momento que describo, fui las espinas de ese tallo. Gracias por la visita y el comentario, Pilar. Saludos del alma.
¡Qué gran y bello poema! Muchas gracias. Se puede apreciar una dicotomía entre dos identidades. La primera de ellas, exaltada por su belleza y altivez, se idealiza como fuente de vida y sensualidad. En contraste, la segunda identidad se caracteriza por una percepción de carencia de vitalidad y aprisionamiento en una autopercepción dolorosa. Por otra parte, la rosa, símbolo tradicional de belleza, se muestra junto a las espinas, lo que podría interpretarse como una representación del sufrimiento inherente a la condición humana.
Cordiales saludos y un gran abrazo
Muy buen poema.
Saludos Poeta amigo JAGC
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