La casa de mis abuelos

Adoradom



En Almodóvar del Rio,

Una vivienda existía,

De mis abuelos,

Por cierto,

En una cuesta,

Sentido al castillo,

Una ventana enrejada,

Aparece,

Con una puerta de metal,

Paralela,

Ese sitio,

Un salón enorme,

Con sofá individual,

Y uno triple,

Antiguo,

Pero servible,

Con su tele esquinera,

Encima de un mueble,

Unas buenas cortinas,

Colgaban,

Y un frigorífico,

A su lado.

Al fondo un mueble bar,

Con adornos varios,

Y ese olor viejuno,

Que de menos se echa,

De alcanfor.

Una habitación en mitad del salón,

Bajando tres escalones,

Pequeña y cómoda,

Con cama de noventa,

Y de tres puertas,

Un cuadro se observa,

Colgado encina de la cama,

Otra habitación le sigue,

Con cómoda, espejo,

Dos mesitas,

Y cama de matrimonio,

Con una ventana, a una galería,

Desde la entrada,

Un habitáculo pequeño,

Con cocina,

Y fregadero,

Mesa y tres sillas,

A una galería,

Conduce,

Con baño incluido,

Bañera, vide,

Váter y lavabo,

A un patio entramos,

Con dos puertas,

Y dos habitáculos,

Un baño,

Con ducha, lavabo,

Váter y lavadora,

Al lado,

Un cuarto,

Con chimenea,

Mueble de cocina,

Despensa,

Tres sillas y una mesa,

Buenos recuerdos tengo,

Jugando al domino,

Unos arriates, con tierra,

Sembrados de jazmín,

 Y rosal,

Un limonero

Se centra en el patio,

Siempre cargado,

Enfrente del olivo,

Una leñera pequeña,

Con leña y otros,

Y pegada a la pared,

Una escalera,

De ocho escalones,

Que conecta con una caseta,

De madera y ladrillo,

Conteniendo abundantes,

Cachivaches,

A otro patio nos lleva,

Con dos naranjos,

 Y bañera de obra,

Para el verano,

En el fondo,

Una caseta,

Taller,

De herramientas,

Maquinarias varias,

Y artículos de pesca,

Un arriate con tierra,

Siempre florido,

Con especias,

Con tendederos,

Y pila de lavar,

Muy antigua,

Con grifo,

Con tres escalones,

Accedemos a un cuartillo,

Con más leña,

Y tras cruzar una puerta,

Una habitación,

De dos camas,

Y una mesita,

Antiguas y cómodas,

Seguida,

Una de matrimonio,

Con dos mesitas,

Y una cómoda,

El colchón blandito,

Y mullido,

Con ventana, a otra habitación,

Donde recibe luz,

Bajando un escalón,

Y subiendo otro,

Una habitación,

De una cama,

De noventa,

Máquina de coser,

Sigma,

Con mueble y un baúl,

Las bolitas de alcanfor,

Olían por todo el lugar,

Y una ventana pequeña,

De madera y cristal fino,

Enrejada en el exterior,

Saliendo de la habitación,

Una puerta, que a la calle da.

Un inmueble,

Difícil de olvidar,

Y da congoja,

Recordar.

Años han pasado,

Aún recuerdo el olor,

A Alcanfor,

A mis abuelos,

Ahí viviendo,

Aunque fallecidos estén,

Por desgracia,

En la actualidad,

Mis recuerdos,

Demolidos,

Y hechos pisos,

Pero el sitio, el recuerdo sigue.

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  • Autor: Adoradom (Seudónimo) (Online Online)
  • Publicado: 29 de marzo de 2025 a las 09:42
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 5
  • Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR
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Comentarios +

Comentarios1

  • EmilianoDR

    Gracias poeta Adoradom, me has llevado con tus letras a las casas de los abuelos.
    Feliz sábado.

    • Adoradom

      Igualmente, feliz lunes, gracias

      • Adoradom

        Se añoran, aquellos tiempos.



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