Me dices: ...y te sentí cerca pensé que era Eros,
deidad del amor, dándome placer,
extendiendo sus aromas en mi piel,
acariciando mi espalda, mi torso,
mi todo profundamente en la locura de la sensación,
y el amor se hizo en nosotros;
insistes: es que cómo no voy a amarte
si hasta la Luna llegó para irradiarnos de amor,
en el canto de sublimidad al silbar la noche
con su sombra que arropó nuestros anhelos
y te tengo y me tienes, nos tenemos eternizándonos,
en la muerte que vive de la vida que perdura;
mi Reina, en estrofas de cánticos me acariciaron tus manos
con la suavidad de un pétalo de rosa
y me quedé durmiendo, soñé contigo,
con los nardos de fuego en nuestros labios con sed,
que yacían en el jardín floridamente de un amor sin muerte;
debes saber mi bien, sin lugar a dudas que:
tu nombre es la palabra que más nombran mis labios,
te llamas amor, eres el ser soberano
que gobierna mi pensamiento, me bañas de tus caricias
y con la miel de tu éxtasis cubro mi dermis,
luego me secas con tu ternura
y más explosionas a estos mis deseos de ti, por ti, en ti;
y tú concluyes diciéndome: te busco
-tengo nostalgia de ti-,
en la demora de tus silencios,
entre los cristales del ensueño diáfanamente,
en la nostalgia que entrega tu ausencia
y tu arribo que tarda, en el hasta siempre que llega
y se queda en la espera que palpita en el alma
sin adioses, sin pausas,
te añoro... sí.
¡Cuánto te añoro!
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Autor:
GDA (
Offline)
- Publicado: 29 de marzo de 2025 a las 10:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: WandaAngel, Lualpri, EmilianoDR, alicia perez hernandez
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