La agonía que tiene el misterio
en los pliegues de su boca
son enfados punzantes y forzados
por los golpes de tristezas infundadas
que persiguen en laberintos de cuerdas
las gargantas por llorar.
Ahora que cumplo un siglo
hace tiempo que lo hago
dejando la piel en la cancha
haré lo que hace ratos es mi costumbre
dejar hablar a mi cascada del pasado
que acaricia su eterna realidad
entre el exceso y la poca castidad
entre el mañana y el ahora
entre yo y los demás
entre los fantasmas de lo cierto
entre la vida y sus afanes
entre prejuicios sentenciados
por su propia libertad
echándose en la cara vinagre de manzana
o a un buen cuento improvisado
o a las mejillas donde tiritan los besos robados
que no hay verso al que no le llegue la hora
de rimar su pretensión con la verdad.
Todo lo que soy es distinto a la que fui
lo de ayer pudo ser peor
cuando se corre el riesgo de la dignidad
aunque mis deseos siguen siendo muchos
siempre quiero hacer lo que no escucho
cada vez que finge seducirme
el bostezo de las horas
se duerme mi corazón en el diván
nada más preciado para el ancho de mi pecho
que ajustar el fiel de la balanza y de lo cierto
y cerrar heridas con sal de mar.
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Autor:
Alegui (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 29 de marzo de 2025 a las 12:15
- Comentario del autor sobre el poema: está bueno darse cuenta
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR
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