Raices de luz

Sin tiempo, el alma se alza en su vuelo,
sin luces ni sombras, el mundo es un cielo.
Te elijo a ti, murmura mi corazón,
y aunque mi mente vacila en cuestión,
te nombro mi luna, mi eterna constelación.

Tu sonrisa, un relicario del alma pura,
los destellos de tus ojos, dulce pintura.
No temas al riesgo, entrega tu ser,
el corazón clama, la paz ha de nacer.

Confía en el curso, el alma ha sanado,
el viaje revela un abrazo sagrado.
Decide sin miedo, sueña sin cesar,
no somos relojes, la calma es tu hogar.

Amigos, faros en la noche infinita,
aunque pocos, su luz jamás se limita.
Reconoce su esencia, su leal verdad,
son guardianes fieles de tu identidad.

Te admiro, mi alma lo grita al universo,
en la aceptación, la paz es mi verso.
Sé gentil contigo, el eco perdona,
en cada batalla, la fuerza corona.

Lo imposible es posible, la mente lo afirma,
todo lo que anhelas, el alma lo anima.
En mi abrazo hallarás refugio y calor,
yo te amo, mi voz lo susurra con ardor.
Eres un viaje eterno, mi dulce respiro,
en tu amor, mi ser encuentra su giro.

En cada palabra, la vida renace,
en tu mirada, el alma se abraza.
Entre tus brazos, la dicha es total,
en tu amor, encuentro mi raíz celestial.