En las fronteras de la vida que nos deja,
cuando las fuerzas se acaban
y necesitamos mucho más,
todo se siente lejano y borroso
y lo hecho ya no es causa aparente;
es certeza indiferente de una verdad natural.
Si miramos al pasado que nos persigue,
apenas se perciben los límites de lo real.
Es la línea del horizonte que no nos deja seguir.
Y de nuevo surgen los límites entre tierra y mar.
La tierra es lo caminado, lo firme,
es el fruto de una vida que ya dio lo esencial.
El mar es lo inalcanzable,
es la leyenda detrás de cada mito;
es el límite que nunca podemos superar...
Ese es el punto donde estamos estancados:
Tú eres la tierra, con su historia existencial.
Eres lo concreto, lo real;
no existes más allá del hoy y del ayer.
Pero yo soy el mar indomable,
que no admite fronteras, ni límites, ni verdad.
Soy el peligro latente que siempre te persigue;
barco a la deriva sin timonel,
y dos amantes que no pueden parar...
Pero jamás línea del horizonte,
arcoiris inalcansable,
que solo sirve para poetas sin musas;
musas que no salen por las noches;
musas que nunca saben amar.
Frank Calle (24/ mayo/ 2023.
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Autor:
Frank Calle (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 30 de marzo de 2025 a las 17:55
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 9
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