**~Novela Corta - Tirano Amor~**

Gemel@

Novela Corta: Tirano Amor

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG

Comenzada: 26 - 30 de marzo de 2025…

Publicada: 30 de marzo de 2025…

Terminada: 30 de marzo de 2025…

Editada: 30 de marzo de 2025…

Mi #6 de novelas cortas en el año 2025…

Mi #209 de novelas cortas en el año 2025…

7043 Palabra 10 Páginas


~ * ~Sinopsis:

~ * ~Un hombre obsesivo, compulsivo y manipulador llamado Leo realiza un feminicidio en contra de su mujer llamada Sofía por una fuerza en descontrol…

Sucesos:

 

  1. ¿Cómo y dónde se conocen Leo y Sofía…?...
  2. Leo y Sofía se enamoran y se casan en un lindo bosque…
  3. Sofía en un día recibe la visita de un viejo amor y Leo no controla los celos…
  4. Sofía siente que no ama a Leo…
  5. Leo comienza a desconfiar de Sofía, de sus actos, salidas y llamadas al celular…
  6. Leo le da una paliza a Sofía porque intercepta una llamada del celular de aquél viejo amor de Sofía…
  7. Leo comienza a sentir que la manipula, la controla, es obsesivo, y compulsivo con Sofía…
  8. Leo y Sofía continúan la relación….
  9. Sofía no sabe qué hacer…
  10. Cuando Sofía se da una ducha es cuando Leo la mata…por saber de esas llamadas telefónicas… 



Leo es un hombre joven, cerca de los treinta años, es jovial y va al gimnasio de vez en cuando. Leo es un hombre con anhelos y sueños que desea estudiar y ser alguien en la vida. Leo es un joven jovial y muy excéntrico, pero, muy decidido, parco y muy elegante al vestir con perfumes muy caros. Leo es del signo leo en el zodiaco y en la astrología. El zodiaco leo de Leo nos dice que es un hombre fuerte, decidido, manipulador y hasta obsesivo. Leo un día lee el periódico y cuando llega a la parte de la astrología lee a su signo zodiacal que es leo, y le expresa la astrología que -¨es un hombre fuerte, obsesivo con la mujer que ama, manipulador con expresión llena de palabras bonitas, pero, obsesivas y manipuladoras hacia la mujer que ama un leo¨-. Leo se extrañó con lo que lee en el periódico, pero, que algún día no lo va a extrañar cuando el destino lo espera como quien espera a una novia en el altar. El destino frío se identificó como el tormento, como la tempestad o como el delirio frío de entregar el alma en un convenio futurístico de entrever a la sola razón sin calmar la exasperación de ser un hombre obsesivo, compulsivo, manipulador e hiriente con la mujer que amará. El destino era frío y tan álgido como el desastre de creer que la vida de un hombre llamado Leo sería como el hombre fuerte, y compulsivo. Leo conoce a Sofía en el gimnasio. Sofía llega por primera vez a la matrícula del gimnasio y sí que la mira y la observa entera desde los pies a la cabeza. Leo sin presentarse ante la joven decide esperar por un mejor momento para poder conocer a la joven llamada Sofía. Leo es un joven decidido y se ha enamorado de Sofía. Sofía es una joven retraída, sosegada y muy templada en carácter, sensibilidad y ademanes fríos. Leo sólo desea conocer a Sofía si está tan enamorado de ella. Sofía no hace el menor de los casos a Leo. Leo irrumpe en deseos de poder enamorar a la joven de nombre Sofía. Leo conoce a Sofía por fin y decide dar ese primer paso en poder conocer a la muchacha. Sofía decide ser la mujer más difícil del planeta y del mundo de ese gimnasio donde pernocta Leo. Si ella decide en ser la fuerza del amor y de la compasión y del amor difícil. Sofía decide convertir la mala suerte en una buena suerte de vida y del amor a cuestas por una sola razón. Sofía en su alma y en su solo corazón pretende ser la fuente más cálida de todos los tiempos. Si en el juego del amor y de la paz se enaltece de fríos tenues y muy cálidos como el sol jugar el juego del amor y de la aventura tomando en cuenta que el amor se lleva en el corazón y no en los actos. Leo un hombre fuerte, compulsivo y obsesivo con el amor de su vida marca trascendencia cuando sólo quiere y desea conocer el amor de su vida y que se llama Sofía. Leo se ve aferrado a sentir la fuerza en decadencia cuando en el amor se ve aferrado al amor de Sofía. Y Leo queda claro con sus sentimientos, pasiones, emociones y claro está lleno su corazón de un amor por la muchacha llamada Sofía. Ambos jóvenes tanto Leo como Sofía se conocen en el gimnasio, deseando ver el cielo dibujado de caricias y de amor trascendental. Leo y Sofía se ven y se conocen en el gimnasio donde pernoctan ambos jóvenes para poder ejercitar sus cuerpos y así tener una silueta perfecta. Leo y Sofía se sienten como lo más perfecto de un todo cuando en el afán de creer en el amor en el solo corazón se percibe sin perecer el solo amor en el mismo corazón. Mientras que Leo y Sofía se sienten como el amor más perfecto que se entrelaza en el convite del amor en el corazón como un sólo reflejo en el alma y más en el corazón. Leo y Sofía se sienten como la gran suerte en el alma muerta de espantos cuando sólo el destino es frío como la insistente verdad de creer que ha llegado el amor a sus corazones. Tanto Leo y Sofía se conocen, pero, ¿Leo y Sofía se conocen bastante para expresar que quieren y que desean casarse?, más no se sabe, sino que el tiempo dicta tiempo y lo dirá el tiempo cuando el amor llegó a sus vidas.

Es sábado y es un día muy hermoso con el sol radiante llenando de luz el cielo en un bosque cercano a su residencia. Leo y Sofía entrelazan sus vidas en santo matrimonio. La lluvia de emociones quedan en el alma y más en el corazón de Sofía por ser el día más feliz de su vida. Cuando Sofía quedó como el ramo de flores: exótica, llena de gratos olores y fragancias. Es un día sábado y muy esplendoroso y lleno de buenas emociones y de un buen sentido del humor y con un sol lleno de luz radiante en el mismo cielo donde corre la suerte, la sangre, lo compulsivo y lo obsesivo de un hombre que supuestamente desea, quiere y  ama a Sofía y que acaba de llevar en santo matrimonio al altar. El amor a flor de piel, la emoción en el alma y las ilusiones en el gran corazón de Sofía queda claramente abatida y destruida como el comienzo de haber llevado al altar a Sofía. La vida comienza desde cero, la emoción comienza desde el momento en que se conocen tanto Leo y Sofía y que la ilusión se debate entre el rico porvenir y el suave desenlace de entregar la buena razón en un altar y todo por amar. Leo y Sofía se entregan en cuerpo y alma a amarse en la noche de bodas, sucumbiendo en un sólo trance de un perfecto amor. El velo y el traje de novia quedan en el suelo desnudando con un negligé del color negro a toda pasión, deseo, entrega y conmoción en saber que el destino es frío como la entrega en razón en amar en una noche de bodas. Leo y Sofía se entregan en cuerpo y alma a entregar la razón a cuestas de la sola razón en una habitación donde el alma y el corazón quedan flotando en una cama como toda dama cuando Sofía se entregó en pasión y con una nueva emoción en el solo corazón. Leo y Sofía se aman como nunca dejando en debate el corazón, la vida y la emoción. Leo y Sofía se aman como nunca en una habitación matrimonial donde el alma y la virtud se entregan a razón a cuestas de la verdad. Leo y Sofía son la gran e inmensa fortuna de amar bajo el nombre del amor como de costumbre. La vida se aferra al destino frío cuando en el embate se ofrece la vida, la emoción y el corazón en esa fría habitación curtida por el calor ardiente de la pasión entre Leo y Sofía. Leo y Sofía a la verdad que entre el alma y entre el sentido suave del sentido se siente como el desafío inerte y en un sólo calor clandestino de entregar la sola razón en amar a cuestas del amor en el corazón. Leo y Sofía en la mañana siguiente se besan como una pareja llena de pasión y de amor en el corazón, después de hacer el amor y entregar el amor en la habitación. Ya es domingo, sí, después de un sábado lleno de sol en el bosque donde se casan Leo y Sofía. La vida sin calmar el deseo y el amor en el corazón, está en el alma, se desvanece de calores y de pasiones gratas cuando se aman una vez más Leo y Sofía. La vida sin pesares, sin obsesiones, o compulsivo amor se aman tanto Leo y Sofía, que se cree que el amor durará toda la vida y que serán para siempre felices. Si en el afán de creer en el amor a toda costa se intensifica la esencia y más la manera de atraer el amor en el corazón. La vida ha comenzado entre Leo y Sofía, el amor ha departido entre buenas y emocionantes pasiones dentro del coraje de amar y en el corazón amando como nunca antes. Hoy es domingo un día muy bonito en la vida de la recién pareja de novios. Leo y Sofía se aman, se entregan y se divierten amando aún más y más, cuando en el alma y en el solo corazón se aman como nunca antes. La vida comienza a florecer y a repartir la esencia y la forma de amar entre Leo y Sofía, entre el alma y el amor en el coraje del corazón. Las emociones llueven como duelen las envidias por el amor tan bonito, puro, e impoluto entre Leo y Sofía.

Sofía un día recibe la visita de un viejo amor. Han pasado dos años de relación entre Leo y Sofía. La vida se siente como un pasaje de ida y sin regresos cuando en el amor y la pasión van juntos de la mano hasta saciar el amor que queda en el corazón. Es un día sábado y Sofía se siente feliz porque recibirá desde muy lejos la visita de su primer amor, sí, un viejo amor de la infancia cuando se enamoró a primera vista de ese hombre. Es un día sábado y es muy temprano en la mañana cuando Sofía recibe la visita de ese viejo amor en su residencia y ¿cómo ha llegado a esa residencia?, pues, ellos mantienen comunicación desde el teléfono. Es sábado y el señor de la residencia, o sea, Leo, no se ha levantado ésta mañana. Mientras que Sofía espera a su viejo amor que llegue a su residencia después de hablar con él por teléfono, la vida de Sofía va cambiando de mal en peor cuando a Leo con celos incontrolables e indomables se siente como sin apaciguar la espera inesperada de creer en el alma y más con el desamor a toda costa. La vida de Sofía está cambiando con el dolor y con el carácter compulsivo y obsesivo que va conociendo en el alma y en el corazón de Leo. El alma y el corazón de Sofía están contentos, pues, en el alma y más en el corazón de la razón de Sofía brilla la estrella y aún más el corazón late con un latir fuerte como el corazón de una novia que va rumbo a la iglesia esperando ser la esposa del novio quien la espera de frente al altar. Leo y Sofía sin calmar la era y la sospecha de un dolor fuerte en el alma y en el corazón y que pronto llegará la infidelidad a sus crueles corazones en poder  creer en el fondo de la sola verdad. Si en el alma y en el solo corazón de Sofía quedó como la era sin precedente ni apenas sospechar de la pura verdad de que el reflejo en el corazón tiene una nueva lucecita para volver amar a su primer, pero, tan viejo amor. El viejo amor llega a la residencia de Sofía, pues, en el altercado friolero, consecuente y condescendiente de los celos de Leo se ven venir como llega la lluvia llena de pasiones y emociones, pero, en sentido adverso y sin ser viceversa ni mucho menos en un sentido recíproco. La vida de Leo y Sofía se ve venir en altercado friolero y más terriblemente en una cruel y vil soledad entre ambos. La pareja de enamorados lleva dos años de relación mutua, pura e impoluta en un matrimonio limpio y hecho de un amor total. La vida de Sofía da un cambio drástico, con precedente, y con un delirio mortal de un sólo infiel momento cuando llega a visitar éste hombre y que es un viejo amor de Sofía. Sofía queda claramente abatida, adolorida y en una cruel soledad cuando se levanta del lecho Leo y ve y observa que en su residencia tiene la visita de un viejo amor de su actual esposa Sofía. Leo muy caballerosamente le extiende la mano y lo saluda como si fueran amigos de tantos años en el pasado si apenas lo conoce y lo percibe como un infiel momento. Sofía queda claramente entre la duda de ser infiel o no con ese viejo amor que la visita y que tiene una relación por teléfono dando énfasis al tormento de ser una mujer con clase, impoluta, fiel y muy dedicada al matrimonio entre Leo y ella. La vida de Sofía se va tornando fríamente en una relación devastada, deteriorada, y enfrascada en un infiel momento. La vida conlleva una frialdad autónoma de ser como la alborada llena de un esplendor tan radiante como lo es el sol en el cielo. La vida para Sofía se enfrasca en un tormento friolero por un hombre y que se va convirtiendo en un hombre compulsivo, obsesivo y muy tenebroso en el afán de amar a Sofía con los celos más incontrolables y nefastos e indomables de un mundo infiel en que sólo el amor tiene cabida y no para la infidelidad de un amor a cuestas de un viejo amor como un amor infiel.

Una noche llena de lluvia, relámpagos, truenos y centellas se advierte la razón de Sofía pensar e imaginar en un futuro infiel donde el viejo amor queda como el más infiel de todos los amores. Sofía en esa noche impetuosa, pero, muy fabulosa se concentra en pensar e imaginar que el amor es un amor fiel, impoluto, puro y limpio, pero, es sólo una máscara, la cual, ella desenmascarar muy pronto, porque ella siente que no ama a Leo. La joven llamada Sofía se percibe y se concentra en amar a Leo, que aunque no puede porque el amor se fue de su corazón dejando una estela fría entre su camino y el frío destino. Sofía se siente como el desafío friolero, consciente y muy condescendiente en amar como la pura verdad de que el alma y el corazón de Sofía aman sin concertación alguna a Leo, pero, no lo cree que es así. Si Sofía en el alma y en el solo corazón de entregar la razón en el solo corazón sólo piensa e imagina lo que encrudece de un sólo espanto de amar y de creer que la infidelidad es normal en un matrimonio casi eficaz y tan eficiente de amar impolutamente, con la pureza y la transigencia de amar sin ser infiel en el corazón. Sofía en esa noche impetuosa, llena de lluvia, pero, muy fabulosa llena de frialdad, zozobrando en el álgido viento de creer en el alma y en el corazón amar con infiel amor. El mar está caudaloso, templado y muy sosegado, sí, el mar que tiene de frente Sofía, y en el albergue de su solo corazón ama con la soledad y con la sola desolación de entrever que su razón imagina calurosamente, pero, no es sólo la pasión que conlleva un calor en el alma y más en el corazón, sino que la lluvia fría la hace humedecer a su cuerpo de calores extremos de un sólo amor y es por el viejo amor de Sofía. Sofía dice que no ama más a Leo, cuando en el suburbio de su solo corazón se atreve a desafiar el frío de la lluvia, el álgido viento y gélido dolor que siente en su solo corazón. Sofía en su advenimiento de creer que su rumbo quedó como la fuerza en que el tiempo y el calor de un solo corazón se siente como la álgida lluvia que recorre en el alma y más dentro del corazón. Si Sofía quedó claramente como el mismo dolor fuerte en el alma y más en el corazón cuando arde el deseo y el silencio llevando a la vida y al frío corazón dentro del alma y del corazón sangrando de dolor y de un sólo mal tiempo cuando esa lluvia fría sin detener al frío quedó como la lluvia empapando de fríos a su piel mortífera de espantos. Sofía y Leo se agarran de la mano queriendo rescatar al amor, pero, algo quedó y son esos celos incontrolables e indomables que Leo posee cuando sólo recuerda al viejo amor de Sofía y que ella mantiene una relación por teléfono, ¿y eso es ser infiel?, pues, sí. Sofía mantiene en su corazón el amor por Leo, pero, ella dice y expresa que no ama más a Leo y se siente como se percibe un ademán y tan frío como esa lluvia que va pasando por el cielo más gris y más con nubarrones de tempestades. Sofía piensa que en el altercado frío y en el álgido momento se ve entrelazada de espantos nocturnos cuando arde el tiempo y más en el ocaso porvenir de entregar el cuerpo y más el alma cuando en el solo corazón se debate entre risas y llanto y es más el llanto que la risa cuando arde el dolor dentro de su propio coraje del corazón. Sofía se encrudece de tanto y por tanto que cree y que piensa sólo en su verdad que comienza desde el desenlace o como el triste final en caer rendida por llorar en el sofá donde se halla Sofía llorando la pena y el dolor sin querer ni amar más a Leo. Sofía siente un cálido y torrencial pasión por el amor de Leo, cuando transige y es tan trascendente la era que por consiguiente se debate en una sola espera inesperada de creer que el instante es como el amor, pero, llorando sólo recuerda que su dolor es intransigente.     

Leo comienza a desconfiar de Sofía, de sus actos, salidas y llamadas al teléfono. Leo toma represalias por haber llevado a su supuesto amante a la residencia de ambos jóvenes. Leo comienza a sentir celos incontrolables e indomables cuando arde el mal tiempo y el deseo es envenenar hasta el alma. Leo comienza a departir la fiera que existe en su persona como hombre compulsivo, obsesivo y controlador con una fuerza extrema y muy descontrolada. Leo comienza a desenredar un cuento sin fábula ni moraleja. Sofía llevó a su primer y viejo amor a su residencia. Leo comienza a desconfiar de Sofía, persigue sus actos, salidas y sus llamadas telefónicas. Leo comienza a despilfarrar sentimientos, celos incontrolables e indomables en un frío descontrol por su eterno amor llamada Sofía. Leo lleva en descontrol sus actos, y en su fuerza de hombre machista desea el amor y la pasión de su mujer Sofía, pero, no sentir que le es infiel de corazón con su primer y viejo amor. Leo comienza a departir una fuerza en el corazón y sin un control de sus actos y sentimientos llena de celos a su pobre y débil corazón. Leo comienza a enfurecer a su corazón con los celos incontrolables por su eterno amor Sofía. Sofía sin aún percatarse, porque cree que Leo la ama sin celos, sin opulencia, sin funesto dolor, si Sofía quedó amando a Leo como un amor que la llevó al altar. Leo comienza a desconfiar de Sofía, cuando en su teléfono tiene llamadas de ese primer y viejo amor. Leo comienza a ser detective, a interpretar a su estilo y forma las cosas a su manera, y logra interpretar que esas llamadas son de un amor infiel. Posiblemente con Leo se deforma la forma y manera de creer en el cinismo, en la apariencia y hasta en el descontrol de departir una sola forma de creer en el alma y en el corazón. Leo queda barriendo el alma y su solo corazón en decadencias frías autónomas de creer en el combate, de seguir demostrando un descontrol y una fuerza bruta con Sofía. Leo queda en el instinto sosegado de tiempo y espacio, de conmísera atracción cuando en el alma y en su corazón no se detiene en el afán de querer controlar todos los pasos de Sofía. Leo comienza a discernir entre el mal convenio que le ofrece la vida y el mortal desempeño del descontrol de sus propios actos. Leo cree que su desempeño y el descontrol de su actuación lo encadena y lo atrapa en una sola red mortal y tan letal como lo insípido de un sólo tormento. Leo da signos de ausencia, falta de cariño y amor, y con una pasión seca en la relación entre Sofía y él. Leo da signos de terco corazón, de violencia sin sentido, y un amor pasajero entre Sofía y él. Leo da señal fríamente de amar a secas, de sentir el eficaz e ineficiente dolor en su alma y más en su solo corazón. Leo comienza a desconfiar de Sofía en un minuto y en un segundo que permitió que ese primer y viejo amor la visitara en su residencia. Leo comienza a desfalcar tiempo, desconfianza y dar señales de celos descontrolados y muy indomables, pero, en el afán de creer no se lo cree nadie que es capaz de ser un hombre controlador, compulsivo y hasta obsesivo con su mujer amada Sofía. Leo seriamente quedó como un hombre sosegado, templado, pero, con un sentido frío y muy descontrolado. Leo se aferra al frío deshonesto calladamente y muy frío descontrolador hombre, como que en el frío y en el álgido temor se encierra el calor de una linda pasión que irrumpe en amores clandestinos cuando Leo se aferra a sentir sus propios sentimientos de hombre amado y que puede amar a toda una mujer como Sofía en la habitación matrimonial donde se amó apasionadamente y calurosamente en amar cuando creció en el alma y en el solo corazón amando lo que nunca a todo amor en el alma.

Leo le da una paliza a Sofía porque intercepta una llamada del celular de aquél viejo amor de Sofía. Leo, antes de este suceso le ofrece calor y pasión a Sofía en una noche de tiempo y de amor. Esa noche se amaron mucho con vehemencia, ardiente pasión, y calor entre las entrañas más febriles de sus actos y de sus amores sin ser clandestinos. Leo y Sofía se aman, pero, el amor ya ha volado lejos de sus pensamientos y sentimientos, cuando en el afán de creer que su mundo ha cambiado de tiempo, pasión y de colores. Antes de este suceso, se amaron con calor, con vehemencia y con fortuna de querer amar lo que encrudece de tiempo y cuerpo que ya no quiere amar ni enredar sus piernas con el otro amor en la habitación. El amor se ha ido lejos, se ha marchado sin volver, y sin regresar está abatido, adolorido y malherido entre las entrañas y entre las entretejas sin enredar y trabar las piernas entre uno con el otro. El amor sin dar la oportunidad de reivindicarse con resiliencia fue el amor del corazón de ambos, ya el amor caduca y se pierde entre la vida, el amor y la pasión vehemente. Si entre Leo y Sofía el instinto se forja, y se anhela más quedando en la misión de amar zozobrando el amor y la misma pasión que no dio frutos. Leo en esa misma noche de ternura, amor y vehemencia amó a Sofía, pero, halló lo que nunca una sola verdad forjando el temor, la rudeza de un hombre, lo compulsivo y lo obsesivo en querer amarrar a un hombre al corazón. Si Leo halla lo que nunca en el teléfono de Sofía, cuando en el tiempo y más entre los celos incontrolables e indomables de Leo, se ven llegar al momento de rico porvenir cuando en el altercado friolero se enredó en el teléfono de Sofía, sí, halló lo que jamás llamadas telefónicas y mensajes de texto con su primer y viejo amor. Si Leo se enfurece, no controla sus pasos, ni sus emociones ni sus actos, comienza a decir palabras soeces en contra de su mujer Sofía. Y Leo rompe en mil pedazos el celular, toma por el cabello a Sofía y la estrella en contra de la cama en la habitación matrimonial. Leo no conoce límites, no mide tiempo ni espacio, no conoce autoridad, ni desea más el convenio existente de creer en el tiempo una sola verdad mágica de que él es el hombre de Sofía. Si Leo existe como el hombre más corpulento, más fuerte de toda transición, un hombre de gimnasio que ha levantado pesas y máquinas de ejercicio. Leo tomó a Sofía por el cabello y le exige y pretende que le exprese porqué existen esas llamadas telefónicas y mensajes de texto con su primer y viejo amor. Sofía no entiende, está maltratada, adolorida y malherida por haber tomado Leo a Sofía por el cabello. La vida comienza a conocer a Leo, y se intensifica más y más la fuerza, lo compulsivo, y lo obsesivo de creer sin fundamentos claros que es un hombre fuerte, controlador, compulsivo, obsesivo e indomable de su sentido, actos y sentimientos. Leo derribó el amor y la pasión desnuda en querer amar a Sofía en la habitación matrimonial dejando atrás el amor, la vehemencia, el cariño, el querer y amar. Sofía no le expresó nada a Leo si él le apretó demasiado la cabeza cuando la tomó por el cabello. Leo, es fuerte, es un hombre que no es como el de antes, no se debe de extrañar cuando su manera de forjar el amor está en cada momento de una sola relación. Leo se convierte en un hombre sin cabales, sin amor ni pasión, tomando por el cabello a Sofía, haciendo daño, y con escrúpulos de un hombre compulsivo, obsesivo y muy dañino hace mucho daño a Sofía, a la mujer de sus sueños y a la que más ama en la vida supuestamente. Leo se convierte en un hombre con tanta fuerza, sin templanza, sin sosegado momento, sin cariños ni amores, deseando levantar la mano y el puño para dar y otorgar la paliza más grande del mundo a una sola mujer indefensa.

Leo comienza a sentir que manipula, controla, es un hombre obsesivo, y compulsivo con Sofía. Leo comienza a restringir las salidas a Sofía, la ha dejado sin teléfono y Sofía comienza a conocer a ése hombre compulsivo, obsesivo y tan celoso incontrolablemente e indomable con sus actos ni con su forma de ser. Sofía le teme, es sólo una mujer indefensa, pobre mujer, y siendo una mujer solitaria no tiene a nadie qué confesar sus penas ni sufrimientos. Sofía entra en pánico, en una sola psiquis, en la sola conciencia que teme, y que tiene un temor hacia a ése hombre y que es su esposo. Leo manipula con gestos compulsivos, con fuerza de hombre y con extremidad restringiendo las salidas de Sofía. Leo comienza a despilfarrar compulsividad, fuerza y obsesividad con Sofía. La lluvia cae en vertical y no en forma horizontal, así es la lluvia de dolores que caen como espadas hirientes en el alma y más en el corazón de Sofía por la falta de amor y cariño que sustrae el momento sin amor por parte de Leo. Leo sin paz ni amor desea hacer todo el daño posible a Sofía. Leo manipula, convence y desea que Sofía haga lo que a él más le plazca. Leo compulsivamente complace a sus institutos de hombre machista maltratando a Sofía como mujer como pasión y como su más amada mujer. Leo ama a Sofía en su forma y manera, pero, el error es de él y no es de Sofía. Leo siente y presiente que su mundo queda fuera de éste mundo cuando maltrata con palabras hirientes y soeces y con fuerza bruta de un mal hombre a su mujer Sofía. Leo comienza a manipular, a convencer compulsivamente a Sofía en hacer lo que más le plazca a él como hombre de la casa, hombre de su amor y hombre de su única pasión como mujer dejando saber que él es el hombre de su vida. Leo electrizó la forma y manera de ser un hombre compulsivo y tan obsesivo como un hombre sin educación, sin principios ni amor hacia la mujer. Leo manipula, convence compulsivamente a Sofía en ser la mujer más sumisa, templada, y sosegada sin ser un mar bravío, imperioso, e intranquilo en el amor entre ambos como pareja. Leo manipula tranquilamente a Sofía y ella se percata, pero, guarda sumisión por el hombre que ella cree que es su esposo, amante y su amor. Leo advierte rencor, odio y devastamiento en la relación entre Sofía y él. Leo no se da cuenta de su compulsivo comportamiento, de su relación autónoma de creer que ha llegado a debatir en el alma y en su corazón de que ésa mujer es nada más que de nadie más que de él. El combate de creer que esa relación va a gravitar en pecar y en pecar atentamente y con tentaciones dadas de un hombre que no sabe que una es mujer y es intocable. Nunca más Leo siente compasión ni deleite de entregar la compasión en ser compulsivo con la mujer que ama y que es Sofía. Leo siente y presiente que su mundo va a gravitar, pues, su forma y manera de ser lo ha convertido en un hombre compulsivo y muy agresivo con la vida y más con el amor de Sofía. Leo se convierte en un hombre aterrador y terriblemente agresivo y obsesivo con Sofía. Leo quedó lamentablemente herido de corazón, compungido y sin razón cuando en el debate de sentir a su solo corazón ya se halla en la plena y más oscura soledad. Si en el alma y en el corazón de Leo sólo halla lo más ocurrido: un corazón en la soledad. Leo por departir la razón en vesania de un hombre compulsivo, enamorado y obsesivo de su mujer llora por ser manipulador, controlador y hasta resentido. Leo se siente como un hombre inalterado, compulsivo y hasta obsesivo, pero, no logra llegar con razón a buscar ayuda de alguien. Leo se siente devastado, pero, toma más fuerzas cuando controla las salidas y las llamadas telefónicas de Sofía.

Leo y Sofía continúan la relación, inestable, pero, continúan la relación amorosa y pasional. Leo y Sofía se aman a pesar de todo lo sucedido y ocurrido entre ellos dos. Tanto Leo y Sofía a veces tienen sus altas y bajas, pasiones dadas y gratas y a veces ingratos momentos de celos incontrolables, indomables e intransigentes. La vida queda como el deseo o como la pelea intransigente, devastada y malhumorada de creer que la relación va a gravitación y no en recta dirección como aquella lluvia en vertical que le destrozó el alma y más el corazón a Sofía. Leo y Sofía se sienten como una pareja dispareja, pero, se aman a conciencia, apasionadamente, y enteramente con el dolor, con las penas y sufrimientos. Leo y Sofía se sienten como el deshecho, como la explicación o como poder sin desvanecer el alma ni el corazón. Leo y Sofía se entregan y se aman tanto que dejan caer sobre la cama toda pasión olvidando momentos fuertes, inútiles y descendentes. La vida de ésta pareja queda en el tintero, queda con la pasión desnuda y sin medida alguna. La vida de Leo y Sofía quedan como el gran dolor y con la forma más atrayente de sentir la fuerza en amarse una y otra vez más. Leo y Sofía se sienten y no se percatan que entran en una relación de pánico, de psiquis y sin conciencia autorretratar la vida en sufrimientos, penas y dolores fuertes. Si Leo y Sofía se aman una vez más en esa habitación curtida por el sol siniestro de calores gratos y de un sol como aquel resplandeciente de aquel bosque donde cada uno aceptó la relación en unir en santo matrimonio su relación. Leo y Sofía se aman como nadie y como nunca antes dejando abrir el corazón al desnudo, sólo derribando la manera y la forma de creer en el alma y en el corazón muerto de miedo y de temor en que puedan regresar momento amargos y tan indecentes como todo lo sucedido en la relación entre Leo y Sofía. Si en la fortuna y en la luna de esa noche clandestina de sosiego y de templanza algo le ocurre a Leo y es que sin transigir ni mediar palabra se dedica en ser el hombre más impetuoso, más fabuloso amando lo que nunca antes a su única mujer llamada Sofía. Leo y Sofía se entrelazan en un te quiero firme cuando se enreda la manera de ver y de sentir con la razón debida de creer en el alma y más en el tiempo dedicado a ser como la impoluta y más pura verdad. Leo y Sofía continúan su relación olvidando aquellos malos momentos en que el tiempo y el mal coraje les hizo creer que la relación no existía sin más amor. Leo y Sofía se sienten como el deleite fugaz, intransigente, incoloro e insípido tormento de creer en el alma fugaz como el torrente sin sabor de dar una conmísera atracción en obtener una sola salvación a esa relación. Leo y Sofía se aman apasionadamente en esa curtida habitación por el sol siniestro de un cruel verano sin acontecer lo que pronto ha de suceder. Leo y Sofía se aman sin apenas sospechar del enlace crucial en un desenlace total y tan fatal como lo que atrae el terrible, vil y cruel frío destino. La vida encrudece de tiempo, de desafíos y de desconfianza total entre la pareja en esa sanguinaria relación que está próxima a acontecer. La vida queda en el tintero, incolora e insípida como esa relación en la más amarga soledad. Sofía y la vida de Leo logra recuperarse de aquellas represalias que una vez lo han puesto a favor sintiendo que domina, controla compulsivamente y siendo obsesivo se siente como el hombre más celoso de todo el mundo. Leo sigue y persigue a Sofía y Sofía sin saber qué hacer toma un nuevo giro su vida y su insistencia de seguir y continuar viviendo y más que eso sobreviviendo en una parca relación que no le da ni le ofrece nada ni amor ni pasión. Leo comienza a desafiar sus instintos cuando persigue más de la costumbre a Sofía y eso a ella no le agrada. 

Sofía no sabe qué hacer. Sofía no quiere ni desea ser perseguida por un amor descontrolado, obsesivo y compulsivo como lo es Leo. Sofía no sabe qué hacer con un amor tan controlador como lo es su esposo Leo, el hombre a quien le entregó alma, vida y corazón por dos lustros de relación. La relación entre Leo y Sofía ya va a gravitación sin ser más apasionada, más condescendiente ni más consecuente entre el amor y la relación amorosa entre ambos. La pareja y la relación va de peor en peor, ya no se detiene más el amor, ni la vida ni el corazón dentro del cuerpo, es como si estuviera dando preámbulos y deambulando de carretera en carretera y no se detiene más el amor ni la pasión en desamar cuando ya llega la vida tediosa, de rutina, de un hombre compulsivo, obsesivo y controlador como lo es Leo. Leo comienza a perseguir, a atar y a atrapar las salidas a Sofía porque sabe que ella habla por teléfono, otra vez, con su primer y viejo amor. Si el silencio entre la pareja de Leo y Sofía se debate en una espera inesperada de creer en el desenlace friolero de amarrar en el desenlace frío de querer la pasión y el amor en el corazón, pero, no, no se cree en el silencio de la pareja cuando en el corazón arde en el silencio. Leo y Sofía se enterneció de fríos y ambigüedades inertes en querer solventar la caricia en una sola relación en dar una sola esencia en amar lo que encrudece de tiempo. Si entre la pareja Leo y Sofía se encrudece de espantos naufragando a la deriva demostrando que la vida se enternece de espantos  cuando queda un sólo desafío inerte entre la verdad y la certeza en querer abrir la mente y la memoria en una sola pasión, pero, todo se derrumba en un sólo mal tiempo. Leo y Sofía se enfrascan en un vil tormento en caer sobre el silencio de una sola relación entre el amor y la pasión desafortunadamente que se hiere en el alma y en el ocaso deseando demostrar lo que más hiere en la sola soledad. La vida de Leo y Sofía se enfrasca en un terrible tormento cuando en el aire no se soporta más entre el aliento o el hálito de cada uno como la pareja atomizando el lugar donde se halla el desamor entre ambos. Sofía no sabe qué hacer. Si en el tormento se hiere pulso a pulso, gota a gota una sola reacción por atormentada y por frías tempestades y álgidas pasiones en que el ávido tormento se enternece de espantos nocturnos cuando llega la luna a descender del cielo más ambigüo de todos los momentos. Sofía no sabe qué hacer. Leo comienza la fría conducta en querer solventar la caricia de un amor como la caricia en fuerza bruta del hombre compulsivo, obsesivo y agresivo en contra de todo poder en el alma y más en el corazón. Sofía no sabe qué hacer. Si atreverse a identificar el problema, buscar ayuda o perecer en el mal acto de una relación masoquista, extremista, compulsiva y llena de agresividad. La vida de Sofía llega a enternecer de llanto y de frío dolor cuando no sabe en realidad qué hacer. Leo cree lo peor en el alma y más en el corazón una sola insistencia de saber que esas llamadas telefónicas son del primer y viejo amor de Sofía. Sofía no sabe qué hacer. Porque en realidad entre el amor de Leo y Sofía se siente un sólo desafío friolero, un desamor y una pasión sin amor. Leo y su creencia se debate en saber que el delirio frío se siente como el alma y el corazón destinado al frío y no al calor entre lo que más converge en el alma muerta de espantos cuando encrudece de espantos una sola verdad que Sofía no sabe qué hacer. Sofía no sabe qué hacer. Cuando Leo toma el teléfono de Sofía marcando esa fría llamada hacia el primer y viejo amor de Sofía. Leo sabe una cosa y es que el silencio mata y ahoga de llanto al corazón y que en el suburbio de su solo corazón enternece de espantos nocturnos la espera de esa llamada devuelta y él lo contesta y es el primer y viejo amor de Sofía.

Sofía se halla en el baño dándose una ducha en la residencia en donde vive con Leo. Leo decide colgar la llamada de ese primer y viejo amor de Sofía, pero, no sabe una cosa que deja el teléfono sin apagar del todo y el primer y viejo amor se entera de todo lo incorrecto que le ha ocultado Sofía a ese viejo amor. La vida de Sofía está por terminar cuando el asesinato se ve llegar al cerrar la puerta del baño donde Sofía se ducha. La noche era impetuosa, clandestina y muy templada si existe un silencio aterrador cuando en el baño la sangre de Sofía corre por la cortina del baño. Es una noche trascendental, fría y con una sola lluvia en vertical y no en forma horizontal sino que cae la lluvia como espadas en el cuerpo de Sofía cuando arde el silencio entre Leo y Sofía. Sofía en el baño arde de pasiones ingratas cuando se da una ducha de agua fría creyendo que el agua es tan letal y mortífera como el frío que recorre su cuerpo dentro de una bañera que quedó mortalmente del color rojo como las entrañas más rojizas de esa noche clandestina cuando en el ademán frío quedó mortalmente abatida, adolorida y malherida de un dolor como el espanto nocturno. Sofía no sabe qué hacer y nunca supo qué hacer cuando la relación fue a gravitación, a pasiones ingratas y a un desamor frío compulsivo, obsesivo y agresivo por parte de Leo. Es una noche desolada, llena de espantos nocturnos cuando a la puerta toca la policía y se lleva la autoridad a Leo. La sangre de Sofía llenó el lugar como en derredor unas entrañas rojizas de aquel atardecer cuando Sofía recibe en la residencia a ese primer y viejo amor que le agradó el alma y más el corazón por la visita de ese hombre, el cual, nunca le dijo nada de lo ocurrido con su esposo actual llamado Leo. Leo esa noche del cruel asesinato dejó abierta la línea del teléfono de Sofía y es el primer y viejo amor de Sofía quien alerta a la policía. La vida de Sofía quedó vengada cuando Leo llega a la cárcel y los carceleros vengan a la mujer como que es la mujer dador de vida y de existencia. La vida de Sofía quedó por siempre en la vida de cada mujer que pasa o le ocurre algo parecido cuando en el alma y el corazón se entristece de llanto cuando no se sabe qué hacer a tiempo. El tirano amor de Leo quedó grabado, autorretratado y más que eso evidenciado para poder decir y expresar que la vida de la mujer es vida y existencia y que no se daña como al pétalo que cae marchitado de una rosa. La lluvia fría y torrencial cae verticalmente y no horizontalmente desde esa noche por tres días consecutivos y la devastación fue total porque Sofía era una mujer de lluvia, de agua y vida y no de maltrato por parte de un hombre que nunca la amó sino que sólo le brindó un tirano amor.



FIN              

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 31 de marzo de 2025 a las 00:04
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 9
  • Usuarios favoritos de este poema: Poesía Herética
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