Hay una belleza en ti
que no se puede nombrar con palabras comunes.
Es algo que solo se percibe con el alma,
y que se revela en cómo enfrentas el mundo.
No se trata de lo que otros admiran a simple vista,
aunque tu presencia es encantadora…
Lo que más me impacta
es cómo eliges la bondad en medio de la injusticia.
Cómo no guardas resentimientos,
aun cuando tendrías razones para hacerlo.
Cómo prefieres la compasión al orgullo,
la paz al conflicto,
el silencio al grito.
Tu fe es serena y constante.
No tambalea con el dolor,
ni se desvanece en la duda.
Confías con una profundidad que inspira,
como quien sabe que vivir con el alma limpia
siempre vale la pena.
Tu rostro es transparente,
y no porque lo intentes,
sino porque tu alma no sabe fingir.
Tus ojos lo dicen todo.
Tu forma de mirar tiene una belleza tan pura,
que invita a quedarse,
a comprenderte en lo más profundo.
Amas lo que muchos evitan:
la calma, la profundidad, la certeza, el silencio,
la verdad del espíritu.
Sabes estar contigo misma en la soledad.
Buscas lo que no se compra ni se presume,
porque sabes que lo esencial
nunca es material.
Admiro profundamente
que estés tan abierta al amor de Dios,
porque eso, hoy en día, no es común.
Ese amor que no exige,
que todo lo perdona,
que no se irrita,
que no se jacta,
que no es celoso,
que no se apresura.
Un amor que lo cree todo,
que lo espera todo,
que lo soporta todo,
que nunca se da por vencido.
No por debilidad,
sino por convicción.
Porque ese amor es fuerte,
trasciende la vida y la muerte,
ama la verdad,
es libre,
es real.
Es un amor
que aun conociendo lo peor del otro, elige amar.
Es el amor con el que Dios nos ama,
y el más alto amor
al que un ser humano puede aspirar.
Ese amor que va más allá de la emoción,
que no se basa en el instante,
que supera el enamoramiento fugaz.
Porque esta clase de amor
es entrega total,
paciencia,
y verdad.
Y como un regalo inesperado,
toda esa belleza interior
viene acompañada de una figura hermosa,
una presencia que me cautiva,
un cuerpo que extravía mis sentidos,
una piel que despierta
mi más poderosa energía,
esa energía que da vida.
Pero para mí, eso es solo el reflejo visible
de algo mucho más profundo.
Porque lo que más me toca de ti
es esa sensibilidad tuya,
esa emoción que se asoma sin pedir permiso,
esas lágrimas que aparecen
cuando el alma no puede contenerse.
Y si un día la vida me da el privilegio,
me gustaría ser quien cuide de eso,
quien te dé mil razones para llorar,
pero solo de amor…
de esperanza…
de deseo…
de anhelo…
de sentirte comprendida,
protegida y segura.
Porque este mundo puede ser muy áspero
para un corazón tan puro como el tuyo,
y yo, desde donde estoy,
ya valoro todo lo que eres,
y todo lo que despiertas
sin siquiera intentarlo.
Tú eres la verdadera belleza,
la belleza que nace del alma,
esa que está más allá de lo visible,
esa que muy pocos pueden ver,
porque no se ve con los ojos.
Es una belleza que viene de muy dentro,
que solo se revela con los ojos del alma,
y que, afortunadamente,
yo puedo ver.
Tú eres la belleza perfecta para mi alma.
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Autor:
Poesia para Ti de lo Profundo del Alma (
Offline)
- Publicado: 31 de marzo de 2025 a las 01:23
- Categoría: Amor
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Poesia para Ti de lo Profundo del Alma, Tommy Duque, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
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