Es una harina suave la bondad
que aun los saciados quieren en su mesa.
Es luz que no se niega al gran abismo
y el solo amor que siega el bien al páramo.
Es una buena harina la humildad,
qué bueno el generoso en lo secreto;
bueno el beso en el pómulo del lloro,
buena la libertad de muchas alas.
Alas con potestad que cuando ascienden
permean con frescor
la dura voluntad del universo.
Harina de bondad para los panes
en la mesa del mundo y sus criaturas.
Ser santo es con las cumbres libre ser,
ver a la infinitud y estar allí,
gorrión de todo viento y todo canto.
¿Hay hierro que aprisione a la bondad?
Los muros son de sueño y no de piedra
cuando ella va buscando amar al hombre.
Se ríe del estorbo a su propósito
de apegarse a la piel de quien le plazca.
Harina suave que las manos nuestras
le ungen al rostro ajeno con caricias.
Se vuelve el alma como corazón
de polvo que asimilan otros pechos
en nubes de perlados alborozos.
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Autor:
Enrique Fl. Chaidez (
Offline)
- Publicado: 31 de marzo de 2025 a las 02:04
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Tommy Duque, José López Moreno., Mauro Enrique Lopez Z., Josué Gutiérrez Jaldin, Pilar Luna, Llaneza, Rafael Escobar, ElidethAbreu
Comentarios1
Mi estimado poeta, creo que a muchos nos urge esta harina... jejeje. Saludos y abrazos mi estimado.
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