Nada queda...
solo guijarros de vasijas rotas
Miradas distantes de una larga ausencia
Las horas volubles de un reloj de arena
que volaron dispersas en las brisas de Abril
Quedan los sueños vacíos de un romance trunco
cual débil manojo de rosas que muere al nacer
Las cuerdas de un violín con arpegios rotos
que ya no tocará en nuestra marcha nupcial
Nada queda...
solo remanentes de un paraíso azul
Las guerras perdidas de un general legendario
que postrado en su hamaca llora su desazón,
el ímpetu de las olas golpeando el espolón
Quedan las efemérides de hermanos queridos
que nunca volvieron al seno de su hogar
Quedan los ecos de voces conocidas
que ya no me llaman a jugar en el solar
Nada queda...
solo el perdón de las ofensas recibidas
La nostalgia de un pueblo al que nunca volveré
Las odas de un manuscrito ajado por el tiempo,
sobre la hojarasca grisácea de un otoño cruel
Queda la voz querida de mi padre,
suspendida en los vados de caminos polvorientos
Quedan las puertas de mi lejana casita blanca,
abiertas para siempre, esperando mi regreso.
-
Autor:
Antonio_cuello (
Offline) - Publicado: 1 de abril de 2025 a las 19:44
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Pilar Luna, JAGC, mauro marte, Josué Gutiérrez Jaldin, Ricardo C., Mauro Enrique Lopez Z.
Offline)
Comentarios2
Es un trabajo melancólico pero también lleno de belleza en su visión de la memoria y el paso del tiempo.
Gracias, mi estimado Felicio, por llegarte hasta aquí y dejar tu valioso comentario
Aprecio mucho tu visión del tema
Saludos y un abrazo
Yo intentaría regresar para eliminar la melancolía de por vida, un saludo.
Gracias, mi apreciada Pilar, por tu grata visita
Es una opción valedera la que dejas a consideración... seguro que voy a pensarlo
Te envío un saludo y una rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.