Desde hace un largo tiempo le escribo cartas al viento;
En lo que hemos compartido, puedo decir que fuimos aprendices fortuitos del otro.
Con la dulzura de un niño al que acarician con amor, supo enseñarme a danzar con libertad entre la brisa y la marea;
Soltar poco a poco mis anhelos más profundos a las llamas y fundirme entre cenizas; “al fin y al cabo no hay renacimiento sin antes la destrucción completa del ser” solía decirme.
Pero por otro lado, entre mi ira y melancolía confundiendose, conmigo aprendió de la entrega;
Incluso supo escuchar la lección más importante que pude haberle obsequiado, y es que dos ráfagas encontrandose jamás serán las mismas una vez que pase la tormenta,
Que si éstas se envuelven, pueden crear en igual proporción tanto vida como caos; pero es justamente por ello que uno debe brindar su corazón cuando sienta que esto sucede, o podría arrepentirse por toda la eternidad...
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Autor:
Lara A. (
Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2025 a las 10:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Romey, Lualpri, EmilianoDR, Jose Soto, Antonio Miguel Reyes
Comentarios1
Bonitas letras!
Gracias por compartirlas.
Buen fin de semana!
Gracias por leerme, saludos a ti!
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