Cómo Amarte Sin Reglas

Cómo Amarte Sin Reglas (ni remordimientos)

Te amo sin autorizaciones firmadas,
sin las bendiciones de un poder sobrio, cuerdo o desquiciado,
como se ama una calentura que baila
desnuda en la espalda del insomnio.

Te amo sin reglas ni leyes prestadas,
como se ama el caos en el piso del ascensor del amanecer,
con un corazón salvaje, con ganas
de desnudarse antes de tiempo.

No vine a salvarte, ni tú a redimirme.
Vinimos a revolver el diccionario,
a borrar con besos las vocales del juicio final,
a escribir “te quiero” con tinta de sinceridad
en el almanaque de un día que no existe.

Te amo con los ojos ciegos
y los bolsillos abiertos al incierto,
como quien se lanza a un vacío elegante y vulgar,
con un paracaídas hecho de preguntas sin respuestas.

No prometo paz, ni treguas,
ni domingos con manteles de fiesta.
Prometo incendios que no queman, pero arrasan,
manicomios con paredes insólitas,
y una jaula abierta donde el amor
no sea presa de dueños absolutos.

Te amo sin metáforas prestadas.
A mi manera,
con la ortografía a punto de explotar
y el alma pasada de copas,
en una noche de excesos.

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El tiempo es un cabrón

Dicen que el tiempo es sabio,
pero yo lo he visto borracho,
inyectándose ansiedades en un reloj
que se cree filósofo barato.

A veces corre como atleta dopado
cuando gozas entre sábanas libertinas,
y otras se arrastra como abuelo en misa
mientras esperas el ADN que puede arruinarte la vida.

Un minuto con tu suegra
es un año sabático en el infierno,
pero una hora con tu crush
vuela más rápido que el sueldo quincenal.

El tiempo es un chiste mal contado,
que se burla en tu cara vencida,
te marchita los sueños,
te arruga la piel… y la autoestima.

Te da alas de niño en navidades
y te clava cuchillos en las oficinas,
se congela cuando lloras
y se fuga cuando lo necesitas.

El tiempo es ese ex que se fue,
pero aún te cobra la renta emocional,
te ignora en tus días más rotos
y llega tarde… a tu funeral.

Así que alcemos la copa por él,
por su humor de cementerio,
por ser puntual para lo trágico
y una broma cruel en lo bello.

Porque el tiempo no avisa ni avanza derecho,
es un dios con resaca, un verdugo maltrecho,
que juega con vidas, que rompe los planos,
y al final… te entierra con tus propias manos.