MI BENDITA CASUALIDAD

Como una tormenta de verano que te sorprende en pleno mes de octubre . Un sinfín de variables que se encuentran en la más compleja operación aritmética, por mucha lógica que quieras encontrarle, no la tiene, simplemente la vida, el destino y otros cómplices te ponen en el momento y lugar adecuados. Entiendes que Tu capacidad de amar a los demás es directamente proporcional a tu capacidad de amarte a ti mismo, por eso amas tanto, sin medida y sin esperar nada a cambio

Benditas casualidades.

Esta vez no hablo de un amor quiera, Hablo de esos pilares sólidos en tu vida que sin necesidad llevar tu ADN sin ser sangre de tu sangre, sin conocerte de toda la vida, sin necesitar respuestas, incluso sin necesitar una explicación ; te acompañan en momentos críticos y se acaban convirtiendo en tus ángeles terrenales, sí, no son personas cualquiera, de esas verdaderamente ya hay demasiadas. Son ángeles de la guarda. No porque tengan poderes mágicos o porque puedan despegar sus alas, tampoco esos ángeles caricaturescos, imaginarios, voladores con una lucecita resplandeciente sobre ellos. Los ángeles de la guarda son las personas que se cruzan en nuestra vida. justo a tiempo, Como caídos del cielo, con ganas de dar lo que tú necesitas recibir. En el momento mas difícil, momentos de angustia, de miedo, de soledad, de tristeza, ahí están ellos instalados de primera línea en tu corazón. Dejando huellas de tinta permanente que se quedan para siempre en tu maleta de aprendizaje. Esa que arrastras por la vida y que cuanto más la llenas, más ligera te sientes. En especial cuando has dejado atrás una gran cantidad de equipaje que adoraste pero que solo era una carga pesada para tu largo viaje que te lastimo después de cierto tiempo, que ya no aguantabas sobre los hombros porque la carga era demasiado pesada para ti y se quedan contigo tus pilares mas preciados esos que te acompañan siempre y son parte de la luz de tu camino.

Tanto lo bueno como lo malo nos ha traído a donde estamos. he tomado decisiones equivocadas por culpa del dolor y la vergüenza. No voy a mentir. Me desmoroné. Me perdí a mí misma. Lloré, grité, pataleé. Pero gracias a este proceso he comenzado a reconstruirme y entre eso no dejo de pensar en las BENDITAS CASUALIDADES

DE TENERTE EN MI VIDA

Que te hayas arriesgado, a unir cada pedazo de mi ser rotó, eres mi ángel, mi más bella casualidad.

Prohibido rendirse, respira hondo y sigue.