Río Magdalena,
tus aguas son un bajo continuo y profundo,
un aire turbio donde el barro y la sal colisionan,
que arrulla en un lento adagio las arenas,
tan frágiles, tan desnudas que, al viajar, dejan un rastro, caricias dispersas,
un eco de vida que libera su propio latir, una melodía tenue.
En tus giros danzan sílfides de alas transparentes,
sus cuerpos vibrátiles tiemblan sobre encajes de espuma,
reinas efímeras que el sol acaricia en un andante lento,
como si no existiera el tiempo,
como si siempre fuera ahora o un ayer perdido,
una cadencia onírica.
Tu cauce, Río Magdalena, es un códice antiguo sin fin,
donde las aguas fluyen, versos grabados en piedra y limo,
narrando memorias ocultas en la penumbra de tus pozas.
Tu esencia brota, un susurro que asciende en cantata,
donde los sueños de la lluvia se refugian en un pizzicato suave,
como el abrazo de un niño callado y sin brazos, una nota silente.
Con tu cuerpo largo de agua y roca, un acorde sostenido,
con pupilas de cuarzo límpido que escrutan la eternidad,
contemplas, silencioso, los colores divinos
que brotan, como arrancadas al viento, las corolas fugaces cometas
mutando en lepidópteros de oro bruñido que trazan arabescos
sobre el celeste espejo donde el sol se recrea, una danza aérea.
En tu abrazo líquido, el iris despliega un lazo infinito,
efluvios de luz que ascienden, suspiros multicolores sin fin, un crescendo vibrante, como un abrazo de luces que bailan en un presto alegre
y se disuelven en ondas peregrinas, un glissando fugaz.
Olas que parten y vuelan,
como sueños que jamás se olvidan, la resonancia final.
-
Autor:
Terencio Tarazona (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 7 de abril de 2025 a las 18:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Carlos Armijo Rosas...✒️, ElidethAbreu, Ed-win
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.