Piedras Preciosas

Son en tiempos de adversidad y oscuridad cuando lo pierdes todo y no queda nada: se pierden sueños e ilusiones, se pierde familia, amigos, negocios y vida. Pero no todo es malo: uno nunca puede perder lo que nunca tuvo, y en estos tiempos es momento de darnos cuenta de que lo que perdimos realmente nunca lo tuvimos, y lo único que se queda es lo que realmente tuvimos. Ese es el tesoro y la enseñanza más grande que nos llevamos cuando el tiempo de adversidad termina y un nuevo sol desvanece la oscuridad para dar entrada a una nueva vida, una luz que ilumina nuevos horizontes, nuevos sueños, nuevo todo.

En mi pequeño baúl de tesoros, resultado del aprendizaje y las experiencias, guardo algunas piedras preciosas invaluables que me acompañarán y apoyarán en el comienzo de mi nueva vida cuando llegue el momento en que el sol vuelva a brillar en mi ventana.

Tú formas parte de mi pequeña y exclusiva colección de piedras preciosas. Eres lo poco que me ha quedado de lo más bonito de mi vida antes de esta adversidad, eres mi columna vertebral que sostiene mis emociones, mis ansiedades, mis depresiones y mi tristeza, y me mantienes de pie a pesar de que muchas veces he estado al borde del desplome. También sé que serás la única adecuada que me enseñará a guiar la luz del nuevo sol para ser un mejor hombre cada día, un hombre nuevamente exitoso y, lo más importante, feliz.

Quiero agradecerte por convivir conmigo unos días increíbles, por abrirme las puertas de tu hermosa familia, que al igual que tú me recibieron con cariño; por hacerme sentir como un integrante más y por quererme de la manera tan especial como lo haces. Me siento afortunado de tenerte en mi vida y por los muchos años que aún nos esperan para compartir un futuro brillante.