MACKIE, EL NAVAJA

RENNY LOYO

 Somos caimanes, de un mismo pozo

muestro los dientes, como corozo,

y nadie sabe, si es la peste,

cuando chuzeo el corazón.

 

Pues este odio que yo te tengo

no me lo arranco del corazón,

yo se que quiero, en estas calles

quiero quitartelo sin razón.

 

Para tenerte, entre mis manos

Yo me desplazo En la oscuridad,

Y cuando llegues a esta esquina

Muy despistado con celular,

Yo te lo arranco,

Yo te pateo, y de una vez te digo

Corre, ya este es mío, ¿Cuál es el peo?

 

Mackie oculta su gran navaja,

siempre discreto, come chimó

y nadie ve, donde el escupe,

su puntería se expandió.

 

Compra los dólares a bajo precio

y los revende no muy discreto

y no le importa subir de precio

el que compró, compró.

 

Y no le importa, ya para nada

si con su acción, él nos desangra

y así nos deja en la estocada,

muy malandrín, no sabe nada.

 

Es traficante en la parada,

y lo acompañan dos hombres más

con sus miradas de perros bravos,

muestran sus dientes y venden más.

                              

En sus recuerdos y en sus memorias

guarda recuerdos de su traición

y va dejando en el cementerio

un rio de cruces del que se cruzó

en su camino y sus intereses

porque en el crimen él era el dios.

 

Mackie oculta su gran navaja,

siempre discreto, come chimó

y nadie ve, donde el escupe,

su puntería se expandió.

 

Los inmigrantes lo alababan

pero a pesar que los maltrataba

él era el dueño del gran poder

y a todo el mundo el acosaba.

 

Esta es la historia, de un delincuente

tengan presente se llama Mackie

ha hecho daño a todo el mundo

se autonombró, de presidente,

y a todo el mundo, el embarcó

con un gobierno, que se inventó

recorre el mundo, vociferando,

que mañana si y que mañana no.

Pero nosotros, aquí llorando,

sus decisiones, nos afectó.

 

Mackie oculta su gran navaja,

siempre discreto, come chimó

y nadie ve, donde el escupe,

su puntería se expandió.

 

Tengan cuidado todo esto es teatro

esta función va comenzar,

ya va empezar con emoción,

si ven a Mackie puede atracar

siempre lo hace, es su naturaleza,

por eso cuiden el celular.

 

En su mirada capta los bienes

y si resbala, tenga cuidado

su seda mano, todo lo arrasa.

 

Cuidado, ahí viene Mackie y no trae buena espina.

Está molesto y  llama letrina,

a los que cantan de sus andanzas,

pues su profesión tiene su propia ética,

y no acepta que lo definan.

 

Para él, ser delincuente,

no es mala causa,

es un oficio como cualquiera.

Pero veamos que piensa Mackie.

 

Que me deporten, no tenco miedo,

yo soy muy fuerte, y poderoso,

yo soy más fuerte que un oso,

llevo una vida de tramposo.

 

Ahora llora, gime como niño

lo han rapado y lleva grillo,

para el CECOT, lo han llevado

y los barrotes bien apretados.

 

De terrorista está acusado,

y con esa gente no se ha juntado,

solo carteras y celular

en la vida es lo que ha robado.

 

El pobre Mackie se lo  creyó

que vivia el sueño que aspiró,

y aunque alababa su gobernante,

el mismo fue el que lo atrapó.

 

El pobre Mackie está muy triste,

no sabe cuando lo soltaran

ni gente que por el grite

muy lejos se oye, !No volveran!

 

 

 

 

 

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