Otra vez la muerte me visita de noche
Y esta vez me encuentra fumando
Un cigarrillo, en mi espalda cierra un broche
Diciéndome que me está extrañando.
No me asusta, la invito a platicar
Y le reclamo tantas cosas de mi vida;
Me dice que solo ella me puede amar
Y que aún recuerda aquel día de mi partida.
Ya no hay estrellas en las noches
Y las rosas del sur las he visto al norte;
Ya no pasean más a los bebés en sus coches,
Ya no hay sangre que de mi corazón brote.
Otra vez, esta misma me reclama
Pero no es nunca más mi amada;
Cada noche me visita, es casi mi alarma
Sonando cascabeles, tal fuese un hada.
Otra vez me dice que espera algún día
En que mis brazos vuelvan a buscarle;
Que esta vez ella no sufra me huida;
Que esta vez pueda por siempre abrazarle.
Pero. Que hay de mí? Silente espanto,
Si ya mi alma de mi cuerpo se ha ido;
Por qué te apresuras en buscarme tanto?
Si en el suelo mío me has abatido.
Sollozo pues, el llanto de un ángel mismo
Es para mí la traición que me has dejado;
Dime si con mis simples palabras te lastimo
O si con mi triste mirada te he matado.
Has convertido mis sueños en pesadillas
Y mis días los has vuelto en oscuridad;
Tornase pues una dulce luz que brilla
En aquello que nunca ha tenido singularidad.
Te he llamado y no acudiste a mi llamada;
Te he pronunciado y se han secado mis labios;
Por qué no buscas a aquella que fue mi amada
Y le haces sentir lo que es un simple agravio?
Apaga mi lámpara de noche en mi mueble,
Cuéntame por qué tienen lágrimas tus ojos;
Dime el significado de cuando los labios te muerdes
Diciéndome que me dejarás un inmenso despojo.
Déjame que mis labios se humedezcan de alcohol
Y que mis pulmones respiren el olor del cigarro;
Tápame los ojos para ya no ver más el sol,
Déjame soñar otra vez con el barro.
Quizás aún tú no te des cuenta de esto
Pero han sido noches llenas de incertidumbre
Las que he vivido en estos meses, esto
Que de tanto vivir tornase ahora en costumbre.
Bien, he dicho pues que las noches son
El mayor de todos los romances habido;
Llegaste por mi destruyendo mi corazón
Y dejándome así, viviendo sin haber vivido.
Y ahora. Por qué lloran más tus ojos muerte?
Si ya has hecho que mi vida pierda la razón;
Ya no me espanta siquiera el volver a verte,
No ya no, si has hecho que muera mi corazón.
Ricardo Manzanarez (Nicaragüense)
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Autor:
Ricardo Manzanarez (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 8 de abril de 2025 a las 03:51
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: Javi77, ElidethAbreu
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