Me quedo,
soñándote,
deseándote,
haciendo castillos
en los caminos
que nos llevan
a una isla fría,
aire dulce de caricias
que guardan tu aroma…
Me quedo con tus labios,
con tu salada piel
de brisa salada,
con tus puntas dulces
y con tu piel blanca
que me excita.
Y con mi sueño interminable
que cruza el horizonte
haré ovillos de recuerdos,
tan apasionados
y llenos de tus jadeos…
Me quedo a solas contigo,
en tu navío azul noche
con la fresa de tu pelvis,
con tus muslos asustados
y mi corazón a muerte.
©.
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Autor:
Edwin Acosta Pena (
Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2025 a las 07:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, EmilianoDR, pasaba, Raiza N. Jiménez E., 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Pilar Luna
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