Fuegos fatuos de jade que volitan
desfilan por mis noches con sus alas,
en suaves sacudidas sin escalas
con aires que a las joyas desmeritan.
Cristales de la luna que ameritan,
con rojas pinceladas en sus galas
acuden en las buenas y las malas
a visitar mi amor, donde palpitan.
Vidrieras en la sombra de los soles,
princesas de pinares consagrados,
yo nunca os dejaré con el Olvido.
Mientras haya una amada sin faroles,
os seguiré sintiendo por los vados
para que voléis libres con Cupido
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