La tarde se ha bebido mi cuerpo afligido
mis ojos indómitamente abiertos
contemplan el caudal de imágenes cubiertas
por el velo melancólico de las sombras
manos que se transforman en mariposas
rostros que se restauran con lunas albas
dedos que se convierten en caricias
troncos que se desnudan sin espanto
sexo que se acopla en la ofrenda cóncava del deseo
Sálvame con tu enigma plomizo de crepúsculo
con la luz que agoniza entre los dedos
evaporándose, como bálsamo de canela
que aquieta el latido, armonizando el olfato
desarrollando el tacto que percibe la nube,
para derramar la lluvia sobre el campo
Hazme atender el trino y la palabra
que surgen entre las sombras
avivando placeres y deseos
estremeciendo las entrañas
conjurando anhelos y recuerdos
de labios salobres y lenguas confitadas
de piel agonizante humedecida por la exudación
que provoca la entrega fascinantemente enajenada
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Autor:
Jose Barrientos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2025 a las 12:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, JAGC, alicia perez hernandez, pasaba
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