La tarde

José Luis Barrientos León

 

La tarde se ha bebido mi cuerpo afligido

mis ojos indómitamente abiertos

contemplan el caudal de imágenes cubiertas

por el velo melancólico de las sombras

manos que se transforman en mariposas

rostros que se restauran con lunas albas

dedos que se convierten en caricias

troncos que se desnudan sin espanto

sexo que se acopla en la ofrenda cóncava del deseo

 

Sálvame con tu enigma plomizo de crepúsculo

con la luz que agoniza entre los dedos

evaporándose, como bálsamo de canela

que aquieta el latido, armonizando el olfato

desarrollando el tacto que percibe la nube,

para derramar la lluvia sobre el campo

 

Hazme atender el trino y la palabra

que surgen entre las sombras

avivando placeres y deseos

estremeciendo las entrañas

conjurando anhelos y recuerdos

de labios salobres y lenguas confitadas

de piel agonizante humedecida por la exudación

que provoca la entrega fascinantemente enajenada

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.