AUTOBUSES

leo albanell

En esos autobuses insolados. Sedientos de misterio. Caes de bruces sobre caucho. Pulsando vás sin freno. Angeles y nubes desterrados. Y los cuerpos muertos. Quiza ya no te mudes ya anclado A ese viejo desierto. Flotan los estuches sobre mar sereno y las olas del viajero. Y quizá te ensucies como pasajero de noches sin sueños. Sorprenden las risas, desdentado aliento. Cabalgar sin aciertos. Y de las cornizas me voy cayendo de ese barco quieto. Son solo cruces añejadas como vino viejo. Y esas ovejas del rebaño que corren tan lejos. Ya no hay ayunos desesperados que floten en silencios. Que nada enturbie lo que has amado, que son tus recuerdos. Mas vale que te mudes de ese cementerio de cemento. Angeles y luces brillan en el tiempo de los cuartos viejos. Nos damos prisa, nos escondemos aunque nada sea cierto. Y en las caricias apresadas amanaceran de fuego

 

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