...

catoo

extraño tu filo delicado 
como me hacías sentir 
liviana, relajada, el dolor y el agobio 
se iban cuanto más profundo se hundía 
los dolores de cabeza cesaban y 
las voces callaban cada vez más seguido 
el efecto no perduraba lo suficiente y 
era el tiempo justo para que mi cuerpo pida mas de él.
 
era un bucle interminable, lleno de riesgos 
y goteras cayendo por mis brazos 
el pensamiento viviente dentro de mi 
el accionar ante la impulsividad que nubla mi vista 
hipnotizada 
y en las tardes complicadas llenas de dolor y tristeza 
puedo observar como estos se apoderan de mi cabeza 
de mis manejos y de mi ser. 

 

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